Ribagorza

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Fet está alejado y en plena naturaleza, tiene que ser autosuficiente

#CONTRALADESPOBLACIÓN

En casi ruina total, esta población ribagorzana, fronteriza con Cataluña, se yergue frente a la sierra del Montsec.
En casi ruina total, esta población ribagorzana, fronteriza con Cataluña, se yergue frente a la sierra del Montsec.
E.F.

El profesor de yoga ruso Nikita Atmananda llegó a Fet procedente de Gran Canaria con el objetivo de desarrollar en Ribagorza su ambiciosa iniciativa de yoga, salud, bioconstrucción y permacultura encaminada a la autosuficiencia y el equilibrio total con el entorno que ya ha echado a andar. En casi ruina total, esta población ribagorzana, fronteriza con Cataluña, se yergue frente a la sierra del Montsec en un espléndido paraje natural que le cautivó. “Fet está alejado y en plena naturaleza por eso tiene que acabar siendo autosuficiente”, asegura, ilusionado con este proyecto que avanza, aunque más despacio de lo que querría. “No podemos calcular totalmente porque hay diferencia entre el ideal y la realidad. Pero la idea es crear una población fija de unas 30 personas y poder recibir durante el año hasta 70 personas de vez, para lo que hay que arreglar 21 casas con el centro en 20 años. Pero hay que ir paso a paso, creando departamentos de salud y yoga, permacultura, bioconstrucción. Todo está abierto, en la Asociación Dharmahari Fet, pero también fuera. Pretendo crear un paraíso en Fet”.

Yo vivía en Gran Canaria. Quería realizar el proyecto y no tenía muchas posibilidades allí porque es más difícil encontrar un sitio disponible, así que decidí venir a la península. Leí en Internet que Aragón había muchos deshabitados y, en marzo de 2021, tras dos meses buscando diferentes posibilidades, al final, encontré a Alfredo, quien me dijo que aquí había muchos pueblos deshabitados. A él le gustó mucho el proyecto”, recuerda Nikita agradecido a la acogida del alcalde de Viacamp-Literá, Alfredo Pociello.

Ya en la zona, y con la ayuda del alcalde, visitó tres despoblados del municipio de Viacamp-Literá, Fet, Estall y Montfalcó. “Me fui sin resultado, pero Alfredo pasó mi contacto al mayor propietario de Fet y al final hicimos contrato. Es un hombre con la mente abierta porque él también quería recuperar el pueblo y que fuera en contacto con la naturaleza y con valores de sostenibilidad”, valoró.

Aunque reconoce que “la realidad de Fet es ahora un poco triste, no perdemos la esperanza”, asegura, relatando que hay más de 35 casas arruinadas, “nosotros tenemos un acuerdo por más de 20 casas”. Bajo el paraguas de la Asociación Dharmahari Fet, se han diseñado dos zonas separadas. “Necesitamos gente que quiera vivir alejada de la civilización, realizar su potencial en la naturaleza, crear su propia comida ecológica, en el cuadro del proyecto o fuera del proyecto. Por eso hay una zona del proyecto Darmahari, limitada porque practicamos no matar animales, la comida vegetariana, donde la intoxicación no está bien venida (ni alcohol, ni drogas) y no se puede hacer barbacoa y luego hay una zona privada donde no hay limitaciones”.

Es una iniciativa de yoga, salud, bioconstrucción y permacultura encaminada a la autosuficiencia y el equilibrio total con el entorno.
Es una iniciativa de yoga, salud, bioconstrucción y permacultura encaminada a la autosuficiencia y el equilibrio total con el entorno.
E.F.

Cada una de las dos zonas llevaría adscritas 10 casas y, la zona Darmahari, incluiría el centro educativo de artesanía y terapéutica, además de las diez viviendas. “En un año y ocho meses, hemos acabado una casa y media. La primera es común con un dormitorio y estamos acabando la segunda parte de una segunda. Nos movemos despacio. Una casa para la asociación y otra para residentes”.

De momento, Nikita es el único habitante fijo de Fet, aunque “hay una persona que lleva medio año, pero está en buen camino para quedarse”, explica ilusionado. De momento, viene gente de España y del resto de Europa para ayudar como voluntarios. “Llegamos a estar hasta 6 u 8 personas. Espero que más adelante vendrá más gente. Hay reservas para junio”.

Paralelamente a las obras de construcción, se trabaja en los servicios básicos. “Por el momento, la luz está creada por placas solares. Agua todavía tenemos, pero es una fuente antigua que solo mana cuando llueve. Así que guardamos el agua. Gracias a Dios hay un aljibe que da para mantener a 5 ó 6 personas durante 4 meses. Más adelante, tendríamos que buscar agua en el subsuelo y organizar sistemas de reciclaje de agua”.

La optimización de los recursos es evidente en las huertas, donde se practica la multicultura, entre otras medidas. “Tenemos 22 frutales que regamos con el agua gris que reciclamos. Usamos técnicas sostenibles en la ducha y cocinamos con poca agua. El agua usada, la reciclamos en árboles y plantas que pueden comerla. Las hortalizas no pueden comer el agua gris, pero los árboles pueden. No usamos productos químicos”.

La Asociación Dharmahari Fet se nutre de gente que “quiere vivir alejada de la civilización, realizar su potencial en la naturaleza, crear su propia comida ecológica, en el cuadro del proyecto o fuera del proyecto”. El colectivo se mueve en dirección al yoga desde la filosofía tradicional hinduista, donde “la regla principal es la no violencia. La no violencia física o mental relativa a las personas, pero también a los animales. La limpieza de la mente es muy importante para el descubrimiento de nuestro verdadero ser”. En un entorno rodeado de bosque, con animales salvajes (corzos, zorros, jabalíes y linces) y miles de pájaros de día y de noche, Nikita agradece “la bienvenida” de la naturaleza. “El gran respeto por la naturaleza y los animales es recíproco. Hay múltiples plantas medicinales romero, tomillo, menta, lavanda. Otras medicinales que desconozco. El sitio nos ofrece la comida y la medicina, es un lugar mágico”.

De momento, se ha creado un centro de retiro yógico para atraer pequeños grupos para practicar yoga, antes de empezar los cursos de bioconstrucción. “Mi idea es crear una economía circular con el tiempo. Las necesidades abren las posibilidades. Estamos tratando de crear un colectivo en simbiosis con la naturaleza y entre nosotros. Tenemos que hacerlo lo más fácil posible unos con otros porque, en realidad, todos somos uno. La dirección general del mundo, con la competencia, hace que todos estemos separados, pero todos somos uno”, concluye abundando en la esencia de esta singular y ambiciosa iniciativa que va tomando forma en este recóndito despoblado del Montsec.