Sobrarbe

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Rosa Pallaruelo: “En las localidades en las que trabajo no tengo ningún problema de conexión”

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Rosa Pallaruelo realizando una entrega a un vecino de Tella.
Rosa Pallaruelo realizando una entrega a un vecino de Tella.
S. E.

ROSA PALLARUELO tiene su oficina en Lafortunada y se desplaza a los núcleos sobrarbenses de Badaín, Tella, Hospital de Tella, Arinzué, Lamiana, Revilla y Cortalaviña, pertenecientes al municipio de Tella-Sin, donde lleva desempeñando esta profesión desde los años 80. En total, da servicio a 160 vecinos. De estas poblaciones, la más alejada para ella es Tella, a 14 kilómetros “y después a Revilla, que vas por otra carretera, son 7 kilómetros”, señala.

Gracias a esta profesión “conoces a todo el mundo, sus circunstancias, sabes los horarios de trabajo que llevan y que a una persona no la vas a poder localizar en horario de reparto ni de oficina y a lo mejor trabajas por la tarde, fuera de horario, pero tampoco te importa, porque como es gratificante, lo haces y ya está”.

Desde que empezó, los tiempos han cambiado mucho. Las terminales PDA han sustituido “al viejo sistema de entregas con firmas en papel, dando más agilidad al trabajo”. “Al principio hubo problemas no derivados del sistema, sino de la red de comunicaciones, que en zonas como la nuestra han tardado un poquito más en tener una cobertura total, pero ahora está todo solucionado y en todas las localidades en las que trabajo no me da absolutamente ningún problema de conexión”. Destaca las tarifas especiales que se han creado para productores locales y el servicio de “correos frío” para enviar alimentos frescos.

Y también tiene anécdotas para contar. “Desde encontrar el equipaje de un motorista de motocross que lo había perdido hasta ayudar a poner cadenas”, relata. Y añade: “Nunca he tenido problemas con perros y gatos, pero la gente no sabe lo buenos guardianes que son los pavos. Había una pareja que yo creo que hasta me miraban mal y a aquellos sí que les tenía respeto. Mira que se hacen grandes y guapos. No veía el momento de que llegara la Navidad”, cuenta divertida. De un tiempo a esta parte, asegura, “va llegando gente joven”. “Aunque realmente -afirma- podríamos acoger más gente de la que tenemos y yo creo que esto pasa por facilitar la vida en los núcleos”.

Un proceso, insiste Rosa, que podría hacerse todavía de una forma “más acelerada”. “Aquí el turismo rural y los hoteles han ayudado a frenar la marcha de personas e incluso han animado a otros a venir. Nos ha llegado gente que ha implantado empresas de turismo en la naturaleza o; de salud y bienestar; de publicidad, promoción y organización de eventos; un despacho de arquitectura; de promoción urbanística; un par de constructores; una chica que se dedica al interiorismo y la decoración; también hay servicios informáticos… Ha sido un goteo interesante de gente que llega con nuevas formas de vivir y muy buena voluntad y espero que entre todos podamos ayudarles y hacerles la vida aquí lo bastante amable para que se queden”, explica Rosa.

Quiere así animar a todo el que lo desee a venir a “un territorio fantástico, lleno de posibilidades, muchas todavía por explotar”. “Que no tengan miedo, porque los servicios van llegando y si llega población, será la forma de que esos servicios se acaben de asentar”, asegura.