Sobrarbe

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

El Pueyo de Araguás ‘amasa’ las tradiciones junto a un horno de pan

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Vecinos de El Pueyo de Araguás y participantes llegados de otros lugares elaboraron pan y prepararon recetas tradicionales.
Vecinos de El Pueyo de Araguás y participantes llegados de otros lugares elaboraron pan y prepararon recetas tradicionales.
Elena Puértolas/Aviva Iniciativas Ambientales y Comunitarias

CON MASA MADRE o con levadura, la elaboración de pan de forma artesana fue la excusa para reunir el pasado sábado a vecinos del municipio de El Pueyo de Araguás, en torno a las tradiciones. Laurent Cougnoux llegó desde el núcleo de Araguás con sus harinas ecológicas y su levadura, Maite Buil trajo la masa madre y otros vecinos aportaron diversas recetas para “amasar” la harina y, con ella, la tradición secular transmitida de forma oral que, en torno a la mesa volvió a surgir de forma natural.

El pan, en el fondo, era lo de menos, porque la finalidad era recuperar la memoria, los saberes y sabores de siempre y la forma de hacerlo: en comunidad. El taller puso el broche final a un proyecto para recopilar saberes tradicionales a partir de entrevistas con los más mayores, un proyecto de Aviva Iniciativas Ambientales y Comunitarias, financiado por el “Plan Provincial de Concertación para actividades en materia de cultura, deporte y bibliotecas”, de la Diputación Provincial de Huesca, que cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento. “Ha sido súper bonita la participación, porque se han animado muchas personas”, comenta Maite Buil, impulsora de este proyecto que ha recuperado testimonios de los vecinos sobre el manejo del ganado, cómo se hacía el tejido, cómo se organizaban, las fiestas y costumbres, la fertilidad de la tierra... “Son tesoros a conservar de una época pasada en la que las personas eran íntimas conocedoras de su entorno próximo. Elaboraban todo lo que ellos necesitaban”, apunta. “Está todo grabado en audios y se transcribirá cuando haya presupuesto, pero una de las cosas que más llama la atención es que la mayor parte de las personas hablaban del amor de los pueblos, que la gente se ayudaba, que se escuchaba cantar por las calles...”, detalla.

Por ello, “la idea del taller no era traera un experto de fuera, sino compartir los conocimientos de cómo se hacía aquí”, comenta Maite Buil. Y así se hizo, ante la atenta mirada de Margarita Mur, una vecina de 73 años que siempre ha vivido en Araguás y, aunque ella solo vio hacer pan de pequeña y no lo recordaba, no quiso perderse la jornada. Los comentarios iban surgiendo mientras Laurent Cougnoux, un periodista francés afincado desde hace cinco años en Araguás, preparaba el pan con levadura; y una vecina británica, de las últimas en llegar a dicho núcleo, lo hacía con masa madre. Otros vecinos prepararon pastillos de calabaza, magdalenas o tortas de chichones, que se cocieron a fuego lento en el horno de Casa Coronas, el único de la localidad, aunque no es el original de la casa.

Un expanadero y el alcalde, Sergio Pueyo (agachado), revisan cómo va el horneado
Un expanadero y el alcalde, Sergio Pueyo (agachado), revisan cómo va el horneado
Elena Puértolas/Aviva Iniciativas Ambientales y Comunitarias

Su propietario, José Ramón Lafuerza, el anterior alcalde, preparaba un gran asado de cordero para comer en comunidad. Es uno de los cuatro jóvenes de El Pueyo, de entre 29 y 31 años, que han apostado por quedarse con el ganado. “Vivo en La Fueva porque teníamos una casa allí, pero nuestra intención (con su mujer) es venir aquí”, indica, especialmente ahora que van a ser padres.

Junto a él, Paco Coronas y Luis Buetas, otros dos de los jóvenes ganaderos, también defendían su apuesta por el pueblo que ha conquistado a Natalia Langa, la novia de Luis. Esta pareja de Ingenieros Agrónomos desarrollan su trabajo en el pueblo: él se incorporó con vacas y ternero de cebo y ella trabaja en la OCA (Oficina Comarcal Agroambiental) de Boltaña y está a punto de presentar su tesis doctoral sobre ‘Enfermedades fúngicas de la vid’.

Todos ellos -e incluso un expanadero profesional- participaron en una jornada en la que los saberes de antaño iban saliendo en las conversaciones entre gentes de todas las edades, desde los seis años de la participante más pequeña fascinada por el proceso de amasar. Y lo hizo con Laurent Cougnoux, que enseñó una receta de Bretaña mientras recordaba que después de dirigir un periódico en el departamento francés de Lot, llegó a España atraído por su cultura y, tras pasar por el Cabo de Gata, llego a Sobrarbe, una comarca muy similar a la de su procedencia por la “despoblación” y por tener un turismo muy localizado en verano. “Llevo cinco años en esta zona que tiene una naturaleza increíble, preservada, excepcional. Me siento muy feliz”, asegura.

Desde hace año y medio comparte su vida en Araguás con la zaragozana Antonia López. “Estaba en un cambio de vida. El confinamiento me tocó en una casita debajo del monasterio budista de Panillo y estuve tan a gusto que pensé que no iba a volver a la ciudad. Trabajo con las plantas, soy asesora nutricional, para prevenir enfermedades con la alimentación y las plantas. Empecé a acercarme a la naturaleza con el fin de tener las plantas más cerca, de tener la farmacia al lado”, apunta. “Antes bajaba a Zaragoza pero como llevo muchos años trabajando, ahora lo hago ‘on line’ y trabajo menos porque tenemos huerta, animales...”, detalla. “Quería un cambio de vida y puedo hacerlo porque él es muy autosuficiente”, indica, sabedora de la importancia de los conocimientos ancestrales.

“Producimos plantas medicinales y tenemos un proyecto para desarrollar en contacto con la gente que tiene conocimientos. Vamos a hacer un ‘hub pedagógico’ porque trabajamos en permacultura, para transmitir a los colegios los conocimientos tradicionales”, comenta Laurent. “Lo que ha hecho Maite con el Ayuntamiento (y la DPH) me parece genial porque los abuelos desaparecen y perdemos conocimiento”, concluye.