Cultura

ENTREVISTA

Chema García: “Me gustaría que el público recordara a Lucca como una banda creativa e impredecible”

La banda Lucca se despide este sábado con un concierto en el Teatro Olimpia

Chema García, de Lucca
Chema García, de Lucca
M.L.

El grupo oscense Lucca dice este sábado un “hasta luego” a los escenarios, con un concierto especial en el que participarán 20 de los 30 músicos que han pasado por la formación durante sus 15 años de trayectoria.

“Me gustaría que el público nos recordara como una banda creativa e impredecible”, asegura Chema García, líder del proyecto, en una entrevista con DIARIO DEL ALTOARAGÓN.

Actuar este sábado (21 horas) en el Teatro Olimpia es “un sueño cumplido” para el grupo, que destinará el dinero recaudado a Aspace.

Lucca se despide tras 15 años de investigación musical. ¿Por qué ha tomado esta decisión?

—¡Me gusta mucho lo de investigación musical! Es una decisión que llevaba en la cabeza desde hace, aproximadamente, un año. Durante el confinamiento comencé a darle vueltas y cada vez lo tenía más claro. Al darme cuenta que cumplíamos los 15 años, me pareció el momento adecuado para hacerlo.

¿Es un adiós definitivo o un “hasta luego”?

Es un “hasta luego”, seguramente. No me atrevería a decir que nunca más vamos a juntarnos para un concierto o para grabar un disco, pero de momento querría darle unas vacaciones muy largas y merecidas a Lucca. Tampoco sé con qué formación sería esa vuelta o qué sonido tendríamos en ese momento. No cerraría nunca esa puerta, seguro.

El grupo se va por todo lo alto con un concierto en el Teatro Olimpia. ¿Qué nos puede adelantar de este gran show?

—Es un sueño cumplido poder actuar en el Teatro Olimpia, un deseo que teníamos desde hace muchos años. Quería agradecer desde aquí al Área de Cultura del Ayuntamiento, como siempre, toda la ayuda que nos ha prestado para poder conseguirlo. Va a ser un concierto muy emotivo y luccaniano, en el que van a participar prácticamente todas las formaciones que ha tenido la banda en estos 15 años. Se sucederán esos combos en el escenario e interpretaremos los temas que más nos ha gustado tocar juntos.

¿Cuáles han sido los grandes hitos que ha conseguido la formación?

—El poder estar 15 años haciendo música junto a gente maravillosa es lo más grande que me ha podido ocurrir. Aparte, conciertos increíbles como el que dimos en el Palacio de Congresos teloneando a Carlos Jean en una actuación de la Laurentina, la grabación en Londres del último disco, conciertos en festivales increíbles como Periferias, Polifonik, Garrampa…, lo cierto es que ha habido experiencias maravillosas que no olvidaré nunca.

Quince años dan para muchas anécdotas divertidas y bonitas. ¿Cuáles son las primeras que le vienen a la cabeza?

—Nunca olvidaré un pinchazo que tuvimos volviendo de tocar en La leyenda del Tiempo, en Barbastro. Era invierno, nevaba, tres de la mañana, estábamos bajo cero y el coche cargado hasta arriba. Afortunadamente, nos lo tomamos con humor. También recuerdo con muchísimo cariño un concierto acústico que dimos en la casa rural de Navasa, en el que nos invitaron a cenar y alojarnos, y creo que no he tenido un concierto mejor pagado en mi vida; o las aventuras que vivimos en Londres con Sebastián (Hounau) para conseguir un bajo y poder grabar el disco. 

En otro concierto, un acústico con Anay (Tramulla) mano a mano en Sabiñánigo, mientras actuábamos veía que el móvil no dejaba de sonar y sonar. Era mi casa y empecé a preocuparme. Nada más acabar el concierto, prácticamente sin saludar al público (perdón), llamé corriendo a casa y resulta que era mi hija pequeña, de tres años, que estaba con el teléfono dándole a rellamada. Por último, el día que actuábamos en Huesca dentro del Pequepop, subió mi hija mayor, con 8 años, a tocar el xilófono en un tema. Cuando íbamos a salir al escenario, le dije: “Vamos, cariño” y muy seria me contestó: “No, salís vosotros primero y entonces me presentáis a mí”.

Lucca ha experimentado muchos cambios en su formación durante todo este tiempo. ¿Sabría nombrar a todos los músicos que han pasado por la banda? ¿Cuántos de ellos participan en el concierto?

—(Risas) Me salen unos 30. Paula, Celia, Sr. El Chino, Alejo, Adrián, Emmanuel, Alejandro, Daniel Mingus, Héctor, Alba, Laura, Alberto, Anay, Adrián Mored, Juanra, Vega, Pepe, Luis, Martínez, Figuer, Sandra, Sebastián, Julia, Miko, Ulas, Marceline, Chavo, Fran, Iván, Anais, Elvira... ¡Espero no dejarme a nadie! En el concierto, si no se tuerce nada, estaremos 20, porque ha habido gente que no ha podido venir.

El grupo se ha reinventado en varias ocasiones tocando palos tan distintos como la indietrónica, el pop soul, la música intimista o el rock alternativo. ¿Por qué no se han animado también con la jota o el trap?

—(Risas) Con todo el respeto, ¡no me veo en esos estilos! Siempre he estado influido por músicas, tendencias que me han gustado y marcado a lo largo de mi vida y, con los miembros que tenía la banda en cada momento, intentábamos encontrar una seña de identidad, un sonido en el que estuviésemos más cómodos y disfrutáramos más tocando.

De sus tres álbumes de estudio, ¿de cuál se siente más orgulloso?

—Esa pregunta es muy difícil, porque cada uno ha aportado sensaciones preciosas y representan muchísimo para mí. Watching the grass grow (2011) supuso poner en un cedé la existencia y las canciones del grupo que ya llevaba cuatro años rodando. Summer is coming (2014) marcó un renacer de la banda, una evolución hacia otro tipo de sonido más intimo y cercano. Y Beautiful chemistry (2018), aparte de la madurez y consolidación, aportó el placer y la aventura de grabarlo en Londres. Sería difícil elegir, de verdad.

¿Cómo le gustaría que el público recordara a Lucca?

—Me gustaría que nos recordaran como una banda creativa e impredecible, que intentaba dar a sus composiciones elegancia y pasión, que no se movía por modas o intereses, sino que hacía la música que les gustaba, que querrían escuchar y disfrutar. Cuando comenzamos a tocar en directo, me planteaba que ningún concierto fuese igual que el anterior, que la gente no se aburriese o supiese qué se iba a encontrar. Me gustaría también considerarnos como una parte interesante y bonita de la historia musical de Huesca del siglo XXI.

Después de cerrar esta etapa tan fructífera, ¿tiene algún proyecto musical en mente para el futuro?

—¡Por supuesto! Estoy comenzando ya con tres proyectos nuevos y con ganas de que salgan pronto a la luz.