Cultura

ENTREVISTA

Carlos Núñez: “El Camino de Santiago vertebra la España del norte y nos lleva a Europa”

El músico gallego homenajeó en Jaca a Alfonso X el Sabio en el 800 aniversario de su nacimiento, con el programa Cantigas de Santa María

Carlos Núñez en su concierto en el Polvorín de la Ciudadela de Jaca.
Carlos Núñez en su concierto en el Polvorín de la Ciudadela de Jaca.
FICS

Carlos Núñez presentó en Jaca este jueves su concierto dedicado a las Cantigas de Santa María, dentro del XXX Festival Internacional en el Camino de Santiago. Con muchas ganas de compartir conocimientos y un entusiasmo contagioso, el músico gallego nos habla de la tradición, la creatividad y los imaginarios culturales.

Esta es su tercera vez en el Festival. ¿Ha pensado en tener una segunda residencia en Jaca?

—Casi puedo decir que vivo en el Camino de Santiago. El Camino, por tierra o por mar, me encanta. Creo que hace lo que llamamos en Galicia la Irmandade, la sensación de hermandad, de complicidad entre otros. Ese intercambio continuo donde todo el mundo es bienvenido. Es una filosofía de partager, como dirían los franceses, de compartir. Me parece, además, un valor seguro de cara al futuro. Creo que es súper importante continuar apostando por el Camino. Al final cada país explota sus imaginarios. Estados Unidos te vende su cine, su moda vaquera… Francia te vende su elegancia, sus vinos, Versalles… España es posible que se hubiese quedado un poquito en lo fácil. El flamenco funcionó, pero yo creo que el Camino de Santiago vertebra con todo lo que es la España del norte. Además, nos lleva hacia Europa. Es un valor que está vivo, que es lo más importante. Sigue habiendo miles y miles de personas que forman parte de toda esta aventura y todo este sueño. Esto con la música es el paquete perfecto.

¿Qué ha significado para usted estar presente en el 30 aniversario del festival?

—Me parece toda una conquista. Hoy por hoy, que un festival consiga ya tener tres décadas enteras es algo muy inusual en nuestro país. Aquí se estila mucho lo de que en cuanto hay cambios políticos empieza otra vez todo de cero, se pierden las marcas antiguas que se iban trabajando. Un festival a veces empieza por un puñado de soñadores, con voluntarios, poco a poco conformándose. Es una cifra ya muy seria, y que sea en Jaca y en Huesca me encanta. Crea marca para la provincia y, por supuesto, para todo el Camino. Es un éxito.

“Ese festival crea marca de provincia”

También es el 800 aniversario del nacimiento de Alfonso X el Sabio. ¿Ha sido este el motivo principal para elaborar este repertorio? ¿Cuánto tiempo le ha llevado elaborarlo?

—Todo esto son procesos. La primera vez que yo empecé a tocar instrumentos medievales fue con trece años. Mi maestro, Antón Corral, reconstruyó el primer organistrum, esta especie de zanfoña gigante que preside el Pórtico de la Gloria. Recuerdo la emoción, no sabíamos cómo iba a sonar. Allí aparecían reflejados doce semitonos. “¿Serían realmente doce semitonos? Si los medievalistas nos dicen que no había semitonos tal como los entendemos hoy. ¿Será que están confundidos y sí los había?”. Cantidad de preguntas. Estábamos creando, buscando soluciones.

Eso con trece años. Entonces, era impensable hacer una orquesta con todos esos instrumentos. De hecho, no lo conseguimos hasta hace cinco años, prácticamente. Pusimos a funcionar la orquesta del Pórtico de la Gloria al completo, con los veinticuatro instrumentos. Hizo falta el trabajo de muchos artesanos, décadas juntándose, y de preparar a los músicos. Una cosa que nos pareció muy interesante fue invitar a maestros de la música medieval, medievalistas de pura cepa y gente de la música tradicional; gente de diversos estilos que pudieran aportar ideas en esta concepción de trabajar con los bordones, con el lenguaje musical de esa época. Ha sido todo un proceso.

Si me hubiesen preguntado hace quince años, yo no estaba preparado para dar un concierto basado íntegramente en las Cantigas de Alfonso X. Hace quince no tenía este repertorio rodado. Es todo un proceso de aprendizaje. Lo primero que hice para aprender fue llamar con la orquesta del Pórtico de la Gloria a especialistas de cada uno de esos instrumentos, lutieres y músicos de géneros diferentes. Me interesa mucho no solo reconstruir y pensar, porque al final nadie tiene la certeza de cómo sería hace mil u ochocientos años, sino que es lo que uno cree en base a unas informaciones que tiene. Pero después hay otra información muy válida que es la tradición. De pronto ves un instrumento que está en un pórtico o en las Cantigas, con un paisano que lo está tocando con toda naturalidad, con las técnicas… Eso es una información privilegiada. Fue todo un proceso que se me ocurrió porque me contactó el Consello da Cultura Galega para participar en una exposición que se hace este año sobre el 800 aniversario de Alfonso X. Al colaborar con ellos dije: “Jaca. Tenemos que hacer algo en Jaca”.

“Casi puedo decir que vivo en el Camino de Santiago”

¿Tiene alguna cantiga favorita? ¿Alguna que destaque por algún motivo en especial?

—No paro de sorprenderme. Lo increíble de esta música es que es tan abierta que, dependiendo de quién la toque, la misma cantiga, la misma canción, parece otra. No es como la música clásica que viene todo formateado y no te puedes mover una nota ni un ápice de la partitura, donde todo está acartonado. En la música medieval lo bueno es que son anotaciones de una cultura oral. Con lo cual de pronto un cantante, un instrumentista, le da una vuelta y dices: “Perdón, ¿esta es la misma cantiga que aquella otra? ¡Ni se parecen!”. Es de una diversidad tan grande que no paras de sorprenderte.

Nosotros mismos estamos continuamente cambiando nuestras propias versiones de una cantiga. Por ejemplo, acabo de sacar mi nuevo disco, una celebración del primer álbum que se llamaba A Irmandade das Estrelas, que salió hace 25 años, y para celebrarlo invité a muchos artistas, como a Rozalén para cantar unas seguidillas del siglo XVI, o a Andrés Suárez, a quien invité a cantar una cantiga medieval. Él me decía: “¿Esto es una cantiga de hace 800 años? ¡Si parece una canción de pop! Es preciosa”. Estaba alucinado.

Con tanta experiencia a sus espaldas y siendo un gran conocedor de ella, ¿qué le diría a la gente que empieza o que se plantea una vida dedicada a la música antigua?

—Cada maestro tiene su librillo, pero les diría un consejo que me dio Paco de Lucía cuando le conocí. Me dijo: “Yo siempre les digo a los jóvenes que no me copien a mí, que copien a los viejos, y de ahí que tracen una nueva línea. Que no me copien a mí”. Un consejo yo creo que puede ser el de que intenten inventar su propio camino, más que seguir caminos que ya funcionan. Es más fácil pero ya nunca va a ser lo mismo. Eso pasa mucho en la música. Tienes una adoración por tus maestros y muchas veces se tiende a continuar. Creo que es importante, con todo lo que aprendes, con tu talento propio, el dejar una aportación nueva. Porque al final ves que la música antigua, es una música, como se dice, históricamente informada. La gente maneja muchas informaciones de textos, de iconografías, pero al final la mueven los imaginarios.

Hacemos lo que nos apetece, hacemos las canciones como nos apetecerían que fuesen. Recuerdo la vez que subí al Pórtico de la Gloria al gran medievalista Benjamin Bagby, a ver los instrumentos allí delante, en piedra. El hombre se pasó toda su vida estudiando esas músicas, imaginándose cosas. Y de pronto ve la realidad allí. Me di cuenta viendo sus ojos que él prefería su imaginario. Al final los imaginarios son tan o más importantes que la realidad. El imaginario genera un deseo. Lo importante es que haya el deseo. Si hay el deseo de construir algo que te imaginas eso tiene una energía creativa muy grande.

Háblenos de sus proyectos actuales y futuros.

—El confinamiento ha sido muy interesante. En este periodo aproveché para encerrarme y terminar un libro que llevaba 30 años escribiendo, sobre transcripciones de gaita, con los ornamentos de los gaiteros más antiguos que nos dejaban todos sus secretos técnicos. Ese libro lo hemos subido online, está gratis para todos los chavales que quieran acceder a esas informaciones. Aparte del libro, hicimos vídeos didácticos, para que la gente tenga acceso a nuestras investigaciones sobre la música celta o sobre estas músicas históricas. Hemos hecho también un concierto con Celtic Beethoven de streaming on demand, de pago, como un concierto normal donde cada uno paga su entrada para apoyar el proyecto. Lo hicimos en varias localizaciones, también durante el confinamiento.

Y ahora que la música se está empezando a despertar de nuevo con los conciertos, vamos a ir presentando en directo este nuevo disco del 25 aniversario que acabamos de publicar, con las colaboraciones que comentaba de Rozalén, Andrés Suárez y también gente de la música tradicional como Tanxugueiras, o internacionales como el irlandés Glen Hansard. Cantidad de amigos y amigas. Ahora yo creo que es el momento de, después de estar dos años grabando y escribiendo, hacer gira y muchos conciertos. Estuvimos en Francia hace unos días, en el Festival Intercéltico de Lorient, el festival de música celta más grande del mundo, y tengo la sensación de que la gente tiene tantas ganas de conciertos… Creo que ahora viene lo bueno.