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Anna Aguilà: “Es maravilloso ver lo lejos que ha llegado 'Alcarràs”

La catalana de orígenes ribagorzanos y la oscense Raquel Ibort trabajaron en el departamento de vestuario de la película

Anna Aguilà (centro), Raquel Ibort (derecha) y el resto del equipo de vestuario.
Anna Aguilà (centro), Raquel Ibort (derecha) y el resto del equipo de vestuario.
S. E.

Anna Aguilà todavía está “en shock” por la victoria de Alcarràs en la Berlinale. “Aún estamos asimilándolo. Es maravilloso ver cómo ha llegado tan lejos y todo el camino que le falta por recorrer”, asegura la directora de vestuario catalana con orígenes ribagorzanos.

Su objetivo en la cinta era que los actores “no se vieran disfrazados o poco identificados”.

Queríamos conservar su esencia, su naturalidad.. que fueran piezas que ellos pudieran llevar en su vida real fuera de la pantalla, pero siguiendo la paleta de colores y las premisas estéticas marcadas”, explica.

Un rodaje caluroso con “la crack” de Carla Simón

Pospuesto durante un año por la pandemia al depender de los melocotones, la climatología y sus tiempos de recolecta, el rodaje fue caluroso y casi asfixiante.

“Hubo algunos días que caía literalmente fuego del cielo. O al menos eso nos parecía”, dice entre risas. Producción les llevaba barreños con agua, hielo y toallas para que se refrescaran, ya que grababan “jornadas de muchas horas y el tramo del mediodía era agotador”, subraya.

El equipo junto al vestuario de la película.
El equipo junto al vestuario de la película.
S.E.

Trabajar con Carla Simón “es un regalo”, porque es una “crack con todas las letras”, enfatiza. “Posee una sensibilidad, perfeccionismo y capacidad de trabajo inagotables. Tiene la virtud de contagiar al equipo con su magia, con su mirada y esto hace que todo el mundo se involucre al máximo hasta llegar a ser una gran familia”, agrega.

Como la directora “lo tiene todo muy claro”, se preocupó de que Aguilà estuviera presente “desde los ensayos con los actores, para poder conocerlos con tiempo y construir bien la narrativa de los personajes a través del vestuario”.

“Nos recorrimos los mercadillos de la zona, compramos vestuario en tiendas locales.. igual que hubieran hecho los personajes de la peli”, opina.

Se trata de la segunda vez que colabora con Simón, a cuyo reparto también vistió en Verano 1993 (2017), su multipremiada ópera prima.

“Ahora, al conocernos más hay cosas que ya han ido solas y también hemos tenido más tiempo y más recursos para preparar la película”, valora.

Las principales diferencias entre ambas cintas son que “Alcarràs es una peli contemporánea”, por lo que “la clave es que el vestuario pase desapercibido, integrado con los personajes y ayude, con sus matices, a explicarlos”.

En cambio, Verano 1993 “tenía además el añadido de que era una peli encuadrada en los años 90 y muy autobiográfica”, lo que provocó que “el punto de partida a la hora de preparar el vestuario fuera diferente”.

Raquel Ibort fue “una pieza clave en el equipo”

Raquel Ibort, en el rodaje.
Raquel Ibort, en el rodaje.
S.E.

Como ya habían colaborado en varios proyectos y el resultado siempre había sido excelente, Aguilà llamó a la oscense Raquel Ibort para participar en Alcarràs.

“Para mí era muy importante volver a contar con ella en el equipo, ya que también estuvo en el rodaje de Verano 1993 y conoce bien la manera de rodar de Carla”, confirma.

Ibort fue la encargada del set, la sastra de rodaje, “que viene a ser la responsable de la continuidad de la peli, en cuanto a vestuario se refiere”, lo que la convierte en “una pieza clave en el equipo”.

Los abuelos de Aguilà e Ibort provienen de La Tosquilla, una pequeña aldea de la Ribagorza, algo que les une y emociona.

“El guion nos enamoró y nos remitió a nuestra familia y a esa conexión con la tierra. Yo he pasado todos los veranos de mi infancia y parte de mi adolescencia con mis abuelos en Torres del Obispo, mi madre es aragonesa, así que no soy oscense de nacimiento, pero llevo Aragón en mi ADN. Voy muy a menudo, ya que mi hermano vive en Benabarre y parte de la familia en la zona”, concluye la catalana, orgullosísima de sus raíces altoaragonesas.