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GIMNASIA RÍTMICA

Inés Bergua: “Nuestros nuevos ejercicios reflejan el sentimiento olímpico y nuestro carácter”

La gimnasta oscense y sus compañeras de la selección nacional de gimnasia rítmica comienzan este viernes la temporada en la Copa del Mundo de Grecia

La gimnasta oscense Inés Bergua.
La gimnasta oscense Inés Bergua.
RFEG

Inés Bergua Novales (Huesca, 2004) y sus compañeras de la selección nacional de gimnasia rítmica comienzan este viernes su cuenta atrás para París 2024 con la primera competición de la temporada, la Copa del Mundo de Paleo Fáliro (Grecia), celebrada al sur de Atenas.

En esta tierra, en la que precisamente surgieron los primeros Juegos en el siglo VIII a. C. y donde debutaron los modernos en 1896, la oscense, Ana Arnau, Andrea Fernández, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaun presentarán los montajes que tal vez les lleven hasta el Olimpo el próximo 10 de agosto.

“Son ejercicios ambiciosos y muy especiales. Reflejan el sentimiento olímpico y nuestro carácter como equipo”, asegura Bergua a este periódico.

Los grandes rivales de España en esta primera competición serán Bulgaria, China, Israel e Italia, con los que lucharán este viernes y este sábado por subir al podio en la clasificación general y, en caso de que saquen adelante sus montajes, el domingo en las finales por aparatos.

¿Estáis listas para darlo todo en este arranque de temporada?

—Por supuesto que lo daremos todo en el tapiz, eso siempre. Está claro que sabemos el momento en el que nos encontramos, pero queremos que se vea un equipo fuerte y luchador sobre el tapiz, y a medida que avance la temporada ir evolucionando nosotras también.

Después de los éxitos cosechados en agosto de 2023 en el Mundial de Valencia, donde conseguisteis el bronce en la general y la plata en la final de 5 aros, ¿cómo ha sido el trabajo de estos meses atrás?

—Ha sido una continuación de los meses anteriores. Es año olímpico, pero al fin y al cabo es una temporada más, en la que tenemos retos marcados, Copas del Mundo y el Campeonato de Europa, entre otras cosas. El trabajo, por tanto, ha sido consciente y siempre enfocado a seguir potenciando nuestros puntos fuertes y a seguir mejorando nuestros puntos más débiles como equipo.

En el conjunto titular vemos algunas modificaciones. ¿Cómo os habéis recompuesto de los problemas que han surgido?

—En el conjunto somos once gimnastas y todas somos una pieza fundamental de este gran equipo que aporta algo distinto al proceso de evolución en este año olímpico. Siempre nos ha caracterizado el espíritu de lucha y crecimiento ante las adversidades que han ido surgiendo, así que este año no será distinto.

Habéis cambiado los dos ejercicios respecto al año pasado. ¿Qué nos puedes contar de estos montajes?

—Este pasado viernes tuvimos el estreno de ambos ejercicios en Guadalajara, previamente a la Copa del Mundo de Grecia. Y ojalá las personas que los hayan visto puedan coincidir en que son ejercicios ambiciosos y muy especiales. Por supuesto que hay mucho trabajo por delante, pero no tengo dudas de que tanto por la puntuación como por los elementos arriesgados y por la esencia de los mismos son un claro reflejo del sentimiento olímpico y de nuestro carácter como equipo.

¿Ha subido la dificultad y la exigencia respecto a los de 2023?

—Cada año es un reto e inevitablemente supone un aumento de dificultad y exigencia, por supuesto. No solamente porque todos los países lo aumentan, sino porque tenemos la capacidad de hacerlo y la ambición de querer siempre un poquito más.

En uno de ellos recreáis el símbolo de la paz. ¿Es fundamental mandar este mensaje en un escenario como los Juegos Olímpicos?

—Efectivamente, la posición inicial de nuestro ejercicio mixto corresponde al símbolo de la paz. Ya desde sus orígenes, los Juegos Olímpicos se caracterizaban por la búsqueda del entendimiento mutuo como valor fundamental que podía contribuir a la paz mundial. Así que me parece muy bonito que podamos humildemente aportar nuestro granito de arena y transmitir con este ejercicio el espíritu del olimpismo, promoviendo el juego limpio, la justicia, la comprensión, la tolerancia y, por supuesto, la paz.

La selección española empieza su ejercicio mixto recreando el símbolo de la paz.
La selección española empieza su ejercicio mixto recreando el símbolo de la paz.
RFEG

¿Cuáles crees que son vuestras grandes rivales esta temporada?

—Más allá de los países con los que nos hemos estado midiendo año a año, como Israel, China, Italia o Bulgaria, estoy convencida de que nosotras somos nuestras grandes rivales. Queremos superarnos a nosotras mismas como equipo, no sólo respecto al año pasado, sino al equipo que éramos ayer mismo, con las ganas de enfrentarnos a nuestros miedos y de evolucionar para convertirnos en nuestra mejor versión y sacar nuestro máximo potencial.

¿Qué tiene el conjunto español que no tengan los demás?

—Tenemos un espíritu luchador insaciable. Centradas en nosotras mismas y confiando siempre hasta el final. Hemos superado muchos baches a lo largo de este ciclo y aún así hemos conseguido siempre sobreponernos ante ellos. Cada una de esas dificultades nos ha hecho todavía más fuertes, y ha aumentado nuestra unión como equipo y nuestra capacidad de enfrentarnos con valentía ante las cosas que no salían como esperábamos. Por todo ello, estoy orgullosa de esa lucha que siempre nos ha caracterizado y que es la que nos ha hecho crecer y ser el equipo que somos hoy en día.

Llevas toda la vida preparándote para este año olímpico. ¿Nerviosa o con ganas de afrontar este reto?

—Creo que ambas cosas son compatibles. Por supuesto que las ganas de afrontar este reto son inmensas y por eso es natural sentir también nervios. Además, disfrutar del camino hasta llegar a la gran cita también me parece un gran reto que me hará recordar este año con más nostalgia y felicidad que si solamente me centrara en los juegos como tal. A medida que se acerque el mes de agosto supongo que los nervios irán aumentando, pero siempre serán un buen indicador del reflejo por querer hacerlo bien y demostrar en el tapiz el trabajo no sólo de este año, sino de toda una vida.