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GIMNASIA RÍTMICA

La selección de Inés Bergua se marcha de Bakú con una plata

El conjunto mereció repetir el oro de la general en el mixto y quedó séptimo en 5 aros

Inés Bergua posa con las dos medallas obtenidas en la Copa del Mundo de Bakú.
Inés Bergua posa con las dos medallas obtenidas en la Copa del Mundo de Bakú.
D. A.

La selección española de gimnasia rítmica, capitaneada por Inés Bergua, se ha ido este domingo de la Copa del Mundo de Bakú (Azerbaiyán) con una medalla de plata en la final de 3 cintas y 2 pelotas, en la que podría haber repetido el oro de la clasificación general si no hubiera sido por una decisión discutible de las jueces.

En la final de 5 aros, la gimnasta oscense, Ana Arnau, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaun han sido séptimas, resultado que no ha empañado en absoluto una de las mejores competiciones de toda su carrera.

Las españolas han iniciado la última jornada del torneo con el montaje de iguales, con una primera mitad sublime, llena de matices, que ha emocionado por su musicalidad y elegancia.

Y cuando casi habíamos olvidado que la gimnasia rítmica es un deporte y no un arte, han llegado las imprecisiones en los momentos más complejos del último tramo, cuando las gimnastas no han podido completar algunas dificultades y han errado en otras.

Pero como siempre, todas han demostrado su gran capacidad para recomponerse y seguir adelante luchando hasta el riesgo final.

El ejercicio les ha reportado una puntuación de 33,000 (18,400 en Dificultad, 7,750 en Artístico, 6,900 en Ejecución y una deducción de 0,050 por terminar más tarde que la música).

En esta final, Japón ha aprovechado los fallos de todos los rivales y se ha llevado el oro con 36,450. La plata ha sido para Italia (36,250) y el bronce para Azerbaiyán (36,100), que si no hubiera competido en casa probablemente hubiera cedido su presea a China (35,750) o incluso a la siempre infravalorada Ucrania (35,450).

Momentos después ha llegado la final de 3 cintas y 2 pelotas, donde las españolas han confirmado que no sólo empiezan a controlar el ejercicio, el más complicado de los dos, sino que también lo disfrutan y viven cada vez más.

La música, basada, sobre todo, en el mítico Imagine de John Lennon, presenta varios cambios y acentos que en esta competición por fin han resultado perfectamente encajados con los elementos.

Y lo mejor de todo es que todavía queda mucho recorrido para seguir avanzando y rozar la perfección, objetivo que seguro que alcanzan pronto.

Por este fantástico ejercicio, las españolas han recibido una nota de 33,150 (17,700 en Dificultad, 8,150 en Artístico y 7,300 en Ejecución), 0,550 menos que en la clasificación general, donde estuvieron igual de bien.

Pérez, Arnau, Martínez, Solaun y Bergua, junto a sus entrenadoras, celebrando la plata en Bakú.
Pérez, Arnau, Martínez, Solaun y Bergua, junto a sus entrenadoras, celebrando la plata en Bakú.
RFEG

Debido a esta racanería de las jueces, Japón (33,350) se ha llevado el gato al agua de nuevo, pero en esta ocasión, de forma completamente cuestionable, porque ha fallado uno de sus riesgos, ha tenido un gran desplazamiento en su espectacular final y las condiciones físicas de sus gimnastas palidecen al lado de las nuestras. Pero ya saben, a veces es más fácil pedirle peras al olmo que encontrar la lógica en este deporte.

Otra polémica se ha producido con la concesión del bronce a Italia (32,850), que ha sacado la misma nota que Bulgaria. El desempate se ha realizado por la nota de Ejecución, una regla que en opinión de este cronista no debería existir, puesto que si dos conjuntos obtienen el mismo puntaje deberían terminar también en la misma posición.

En fin, sea como sea, lo que importa de la Copa del Mundo de Bakú es que las españolas han ganado un oro en la general, una plata en el mixto y prestigio en la mente de las jueces.

La próxima competición a la que acudirán Bergua y sus compañeras será la Copa del Mundo de Portimão (Portugal), donde todos esperamos que sigan creciendo y agrandando su leyenda.