SD Huesca

Cádiz, 2 - Huesca, 1

Una antología de los errores

Rafa Mir SD Huesca
Rafa Mir remata de cabeza ante el Cádiz
Agencia EFE

EVITEMOS caer en el fatalismo, habida cuenta que algunos buenos samaritanos están esperándonos para que les demos un verdadero “sorpasso” hacia la gloria. Pero, sea cual fuere el desenlace, habremos de convenir que el Huesca está desarrollando una impresionante labor pedagógica que, convenientemente recogida en videos y explicada por los docentes balompédicos a la futura escuela de fútbol base, acabará con muchos de los errores groseros que está cometiendo este equipo desde comienzos de año, con dos maestros del banquillo y en las circunstancias más normales y las más pintorescas. Quizás sea un tributo a Goya con motivo de los fastos en torno al pintor de Fuendetodos, con el carácter rebelde y creativo de los altoaragoneses para bautizar “Los desastres del fútbol”, porque nos gusta mucho más esto de la pelota que lo de la guerra. Una antología de los dislates.

Ni siquiera la parcial actuación de Hernández Hernández, el del Alavés-Huesca, del caserío no me fío, puede explicar que los azulgranas perdieran este partido. No no hubieran merecido de no ser que, como pretende ahora el gobierno con los peajes, impera esa idea luterana de que el que la hace la paga, y muy cara. Y los fallos del Huesca en defensa están siendo muy contaminantes, con unas pérdidas de concentración francamente alarmantes.

La pregunta es de qué sirve jugar con tres centrales y dos carrileros, más un mediocentro con habilidades defensivas, si percuten los contrarios permanentemente en los balones a balón parado para hurgar y hacer sangre... Mucha sangre. El primer gol es un paseo del cuero por el área hasta que finalmente se aloja en las redes. Lo del segundo es de juzgado de guardia. Comprendo que el súper chutazo de Rafa Mir merezca una celebración por todo lo alto, pero dejar que Fali (¡Fali!) meta un pase largo y le caiga directamente a un delantero para engranar otra sucesión de imprecisiones ronda lo patético.

En fin, reflexión de un día y a esperar al Athletic. Ganar o ganar, pero soñaremos tres noches con Iñaki Williams. Y nosotros con estos pelos. ¡Uff!