Conocimiento que evita lesiones

“Monitorizar el rendimiento individual y de equipo” para “tomar decisiones de forma ágil y correcta”, pero sobre todo para “proporcionar un entorno confiable donde (las jugadoras) se sientan lo más seguras posibles”, para “incrementar su rendimiento deportivo, con el fin último de evitar sus lesiones”. 

El primer equipo femenino de la SD Huesca, líder de su clasificación, ha bajado el índice de lesiones en los últimos dos años, tiempo durante el cual no ha registrado, “de momento, ninguna lesión grave”.

La directora del Fútbol Femenino de la sociedad deportiva, Azucena Garanto, lo atribuye al trabajo que vienen realizando mediante un proyecto “innovador” de inteligencia de datos, que incluye el diseño de una plataforma de visualización y análisis para la monitorización exhaustiva de las jugadoras. Un ecosistema propio en el que se registran parámetros de preparación física, técnico-tácticos y lesiones, de las que se controlan “todas las fases de la recuperación hasta el retorno de la futbolista”. 

GPS, ‘tests wellness’ o la menstruación

A través de GPS, y desde la pretemporada hasta el último entrenamiento, se accede a cientos de parámetros, como distancia, sprints, aceleraciones-desaceleraciones, velocidad máxima, zonas de duración del esfuerzo, porcentajes de ratios de trabajo, etc; “aunque lo más importante es la relación que hacemos posteriormente con otras variables”, señala Garanto. 

Otras fuentes de información son los vídeos de los partidos, de donde salen datos técnico-tácticos, y la que proporcionan los test wellness que las jugadoras reciben a primera hora del día y con los que el cuerpo técnico obtiene las percepciones de las jugadoras sobre su nivel de fatiga, a nivel de daño muscular, estrés o sueño. “No trabajamos con futbolistas profesionales con dedicación exclusiva; estudian y/o trabajan y pueden llegar a los entrenamientos con 12 kilómetros andados, por ejemplo; por no hablar del estrés laboral, la época de exámenes y otras cuestiones psicológicas”. 

S. E.

Mirella Casado, preparadora física y readaptadora del femenino, recibe esa información, que le permite ver quien está con sobrecargas, si hay que tratar a alguna jugadora de forma individual y comunicar al cuerpo técnico que con estas jugadoras “se va a hacer un control de cargas, durante todo el entrenamiento”, adaptándolo a su estado y siendo más precavidos frente a posibles lesiones. 

También se lleva un control de la menstruación, de sus fases y de las fluctuaciones hormonales durante el ciclo, que pueden provocar cambios fisiológicos, pudiendo afectar al rendimiento y aumentar el riesgo de lesión. El seguimiento continuo y valoración de estos cambios en cada jugadora, permite “hacer cambios en la planificación deportiva tanto de equipo como individual. Por ejemplo, a una jugadora con la menstruación no se le va a exigir un gran esfuerzo a nivel explosivo porque tiene más índice de lesión”, explica Casado. 

¿Qué se sabe del rival?

De las rivales se recogen los datos técnico-tácticos post partido tanto del equipo como de las jugadoras a nivel individual. “No es mucho. Lo ideal sería tener esos datos de todos los partidos de ese rival contra todos los equipos, como en las ligas profesionales”, tanto masculinas como femeninas Esto les proporciona “algo de información de cara al partido de la segunda vuelta”. Aunque el mayor trabajo con respecto al rival se hace a través de otra gran recogida de datos vía actas federativas “mediante scraping (extracción de contenidos y datos de sitios web mediante software) y el análisis de partidos”. 

Esta relación de información sirve para “dar certeza a la subjetividad del ojo y estado de ánimo en el que percibes los partidos”, “ser más precisas” y obtener “mayor seguridad en las tomas de decisiones”, gracias a un sistema de alarmas que saltan cuando la relación entre el nivel de esfuerzo y otros indicadores de la jugadora indican que está en riesgo muy elevado de lesión. 

Garanto mide el coste en tiempo y esfuerzo. Además, hay que contar con los recursos tecnológicos (servidor, GPS Catapult o informes) -en este caso son de bajo coste, entorno a unos 5.000 euros-. Pero el mayor reto es implantar la cultura del dato “en toda el área del femenino, cuerpos técnicos y las jugadoras que saben que cualquier GPS no encendido (o una deficiente grabación del partido), puede desvirtuar los datos e incluso echar por tierra todo el trabajo de la temporada”. 

Todavía hay otras fuentes de datos por conectar al sistema como las valoraciones integrales realizadas a las jugadoras y las electromiografías (para conocer el funcionamiento del sistema nervioso periférico) en 3S y Sinergia Salud, y los estudios de pisada de Podoactiva. 

Para la siguiente fase del proyecto “se quiere incorporar pulseras inteligentes, parches de control de metabolismo en las jugadoras y utilizar cámaras ópticas en el campo de entrenamiento y juego” que tienen que instalarse en los campos de la Base Aragonesa de Fútbol, “donde competirán el primer equipo y el filial”. 

Seguimiento a 2.000 jugadoras

El área de Fútbol Femenino de la SD Huesca tiene en seguimiento a “unas 2.000 jugadoras”, fruto del monitoreo -a cargo del scout Adolfo San Rafael- que se realiza desde que se iniciara el proyecto en el club (2017) del mercado de jugadoras tanto “de la región, nacional e internacional”, lo que supone “una gran ventaja competitiva”. Esto “agiliza y facilita las decisiones en el área deportiva”, explica la directora Azucena Garanto, quien recuerda que “en fútbol femenino no existen todavía empresas con fuentes de jugadoras muy completas y fiables”. Una base de datos que se sitúa en el origen del proyecto de ‘data intelligence’ que la sección tiene en marcha, tras “comprobar los beneficios que tiene el control de datos” en una formación realizada por Garanto y gracias a la colaboración con el ingeniero de datos Alfonso Muñoz.