La SD Huesca ha conseguido poner tierra de por medio respecto a una zona de descenso que está altamente igualada. Una lucha en la que se encuentran inmersos y un elevado número de equipos y respecto a la cual el conjunto azulgrana ha conseguido poner tierra de por medio.

No ha sido un trabajo fácil para Antonio Hidalgo y la plantilla, pues han tenido que ser muy sólidos mentalmente en los momentos más complicados de la temporada. Algo que les ha permitido afrontar tramos tan importantes del campeonato como el actual con las máximas garantías, con una imagen mucho más solvente que muchos de sus rivales directos y, sobre todo, con una confianza en el trabajo realizado que les ha llevado a consagrarse ahora mismo como uno de los equipos más difíciles de batir de la Segunda División.

El triunfo ante el Andorra le ha alzado en la clasificación, no en cuanto a posiciones pero sí en lo que respecta a puntos, pues suma un total de 36. Una cifra que, en comparación a otros equipos, le ha permitido obtener un colchón corto pero positivo respecto a la zona baja de la clasificación.

Además de depender se sí mismo, el conjunto azulgrana ha visto en esta jornada numerosos pinchazos de competidores directos en su misma lucha. Tropiezos que han ido acompañados de sensaciones preocupantes y algo negativas, como es el caso del Albacete y el Villarreal B, que cayeron en sus respectivos feudos y se estancaron una semana más en la zona de máximo peligro.

Y es que todo parece estar saliéndole de cara al equipo entrenado por Hidalgo, el cual ha encontrado una hoja de ruta sobre la que seguir asentando sus bases y sus ideas de juego. Un planteamiento en el que la solidez defensiva le ha llevado a enlazar seis porterías a cero consecutivas, a ganar golaverages particulares al Mirandés, Alcorcón, Andorra y Amorebieta, y sobre todo a mostrarse ahora mismo como uno de los equipos más en forma del campeonato.

Su buen momento en liga le ha permitido llegar a las últimas doce jornadas del curso con muchas garantías de conseguir el objetivo de la permanencia.

Eso sí, y aunque ahora mismo se encuentra fuera de la quema, el Huesca tiene todavía un arduo y complejo camino que recorrer por delante. No hay nada hecho todavía y el vestuario es consciente de ello, siendo conocedor además de lo exigentes que van a ser todos y cada uno de los partidos que le quedan por delante para sellar la ansiada salvación, algo que parecía muy difícil hace dos meses y que ahora mismo está más cerca que nunca.