Iñaki Ortega: "Fue el inicio del fin de ETA"

Una víctima que podía ser “tu hijo, tu hermano o tu compañero de oficina” y un “asesinato a cámara lenta con 48 horas de chantaje”. Estos fueron los factores que crearon el Espíritu de Ermua tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco e hicieron que “los vascos perdieran el miedo” y Batasuna, la calle, ha recordado Iñaki Ortega, presidente de Nuevas Generaciones del País Vasco en esos momentos.

Echando la vista atrás 26 años, el Espíritu de Ermua, el propio Miguel Ángel Blanco, “fue el inicio del fin de ETA”, sostuvo Ortega, quien ha participado este lunes en el homenaje  de Nuevas Generaciones de Huesca.

En la actualidad, desligado de la política y centrado en su vida profesional en Llorente y Cuenca y como profesor de la Unir, Ortega ha afirmado que, “gracias a Dios”, la situación en el País Vasco “ha cambiado” respecto a ese “estado de excepción” que se vivía.

Pero Ortega ha pedido “no olvidar” y mantenerlo en el recuerdo para que no se vuelva a repetir. No solo recordar a Blanco, sino a Txapote, su asesino; Arnaldo Otegi, hoy coordinador general de Bildu y que esos días “en los que toda España estaba angustiada”, él disfrutaba de la playa; o el chivato Ibon Muñoa, que ayudó a ETA y hoy ya está libre.