Huesca

ESCENARIOS

El Teatro Olimpia ya se prepara para celebrar sus cien años de historia

Hace más de cinco lustros, en 2008, que se produjo su reapertura tras una gran remodelación y el año pasado fue el mejor de esta etapa

SI DE algo puede presumir Huesca es de contar con dos importantes edificios civiles en dos zonas muy transitadas de la ciudad -sin desmerecer a su patrimonio religioso- de un lado el Casino, en la plaza de Navarra, y en segundo lugar el Teatro Olimpia, en la principal arteria oscense. Ambos figuran entre los lugares que visitan los turistas cuando vienen a la capital, los dos acumulan muchas historias y en la jornada del pasado viernes sirvieron de escenario para la celebración de los Altoaragoneses 2023.

El 12 de febrero de 2008 en la portada de DIARIO DEL ALTOARAGÓN destacaba la siguiente información acompañada de una gran foto: “La reapertura en la tarde de ayer del Teatro Olimpia, después de dos años de obras, permite a Huesca recuperar uno de sus edificios más queridos, situado en el Coso Alto, arteria de la vida ciudadana. El acto de inauguración de esta nueva etapa estuvo presidido por la infanta Elena de Borbón en una velada realzada por la mezzosoprano Teresa Berganza. Si en 1925 fue el tenor Miguel Fleta para quien el telón se abrió por primera vez, en este renacimiento del Olimpia fue otra figura mundial de la ópera”. Y resaltaba además el esfuerzo de la Fundación Anselmo Pié, propietaria del inmueble, para no que se pierda “otro edificio de referencia”.

Cuando quedan poco menos de tres semanas para que se cumplan 16 años de esa jornada, y mientras ya se están empezando a preparar las actividades de 2025, año en que se celebrará el centenario del Olimpia, “por todo lo alto”, Rubén Moreno el gerente de este espacio, hace un balance de los 15 años de andadura. Y destaca que “el 2023 fue el de la vuelta a la normalidad en la asistencia de público después de la covid”. Y agrega que “en el último año se ha llenado la sala en varias ocasiones y ha sido en el que más actos se han celebrado y más público ha pasado”. “Se ha programado 35 días desde septiembre a noviembre, ha habido más de 10.000 personas de público propio, además de Periferias y la Feria de Teatro”, apostilla.

Cita algunos de los espectáculos que más repercusión tuvieron. “Las López. Melodrama folklórico para fontanería fue el fenómeno de la temporada; y dentro del Club Aplauso tanto en Gordas, de Teresa López y Mara Jiménez como el Sonido oculto, con Toni Acosta casi se completó el aforo” y continúa, “el documental de Labordeta, un hombre sin más reunió a mucho público, y lo mismo sucedió con Los pazos de Ulloa y El perro del hortelano, ambas dentro del Festival Olimpia Classic”.

Respecto a 2024 “ha arrancado muy bien con Contracciones, de Candela Peña y Pilar Castro, y la próxima semana celebraremos la segunda edición del Festival Alucine tras el éxito del año pasado”, añade.

En cuanto a la oferta, indica, siempre buscan “traer a Huesca programación de primer nivel que se ve en otras provincias del país” y remarca que su objetivo es “que el Olimpia sea un teatro de referencia de la provincia con espectáculos de primer nivel en el que siempre haya hueco para artistas aragoneses y locales”.

Echando la vista atrás, se muestra satisfecho de haber cumplido el objetivo de “poder programar al menos 100 días al año” y Moreno aclara que “al ser un espacio privado se financia con la venta de entradas, y cada mes tenemos que sacar las cuentas para ver si se puede mantener”, si bien, concluye, “contar con una programación ambiciosa siempre es la prioridad”.

Valora “la colaboración que se realiza con distintas entidades como Diputación General de Aragón, con DIARIO DEL ALTOARAGÓN y la Asociación de Comercio acogiendo las entregas de sus premios, o el Festival Diversario, entre otros”.

Al mismo tiempo reseña que hay algunos nombres que figuran en la cartelera cada temporada o cada vez que estrenan porque son muy bien acogidos por el público oscense. “Ara Malikian fue de los primeros en actuar en el Olimpia cuando aún despuntaba su carrera; James Rhodes también pisó este escenario antes de ser conocido en España, y Rafael Alvarez ‘el Brujo’ es un habitual”.

Ahora, mientras siguen cerrando la parrilla de 2024 ya están pensando y trabajando en la de 2025, año en el que “se celebrará el centenario y se hará por todo lo alto”.

La Historia del teatro

El Teatro Olimpia, desde su construcción, ha estado ligado indisolublemente a la historia del espectáculo y de la cultura en la capital oscense.

A comienzos del siglo pasado la capital contaba con tres teatros y cines que podríamos denominar históricos construidos antes de la década de 1930, el Teatro Principal (1846) y el Cine Odeón (1919), el Olimpia (1925) que es el único que ha sobrevivido en pleno funcionamiento hasta la actualidad.

Desde el comienzo de su andadura, su mantenimiento y explotación han permanecido ligados no sólo a la iniciativa privada, sino a una misma familia que en la actualidad tiene su continuidad, por expreso deseo del último de sus propietarios, en la fundación que lleva su nombre, la Fundación Anselmo Pié Sopena.

Antonio Pié heredó de su padre la representación de Compañía Arrendataria de Tabacos para la provincia de Huesca y en 1917, tras haber adquirido tres fincas situadas en el Coso Alto cuyos solares llegaban hasta la calle Sancho Abarca, solicitó a varios arquitectos que le realizaran sendos proyectos para construir un teatro que sirviera también para otros espectáculos, incluidos los cinematográficos.

El lugar elegido era céntrico, situado frente al edificio del entonces Gobierno Civil, que ocupaba la solariega Casa de Oña y muy cerca del Teatro Principal.

Su intención era que el teatro estuviera en funcionamiento en agosto de 1917, para las fiestas de San Lorenzo, según relataba el propio Antonio Pié en una pequeña entrevista que le realizaban en el Diario de Huesca -predecesor de este periódico- en su edición del día 18 de abril de ese año. Si bien tras varios retrasos, el local se estrenó el 7 de junio de 1925, con la proyección de la película Para toda la vida, basada en una obra de Jacinto Benavente.

La inauguración oficial se produjo el día 9 de junio con la actuación de la compañía de ópera del Teatro Real de Madrid con la presencia del estelar del tenor altoaragonés Miguel Fleta que interpretó La Bohème, de Puccini.

El aforo del teatro era de 990 localidades, divididas en dos plantas, la principal, que sería el patio de butacas, y la segunda, con un anfiteatro y plateas.

La fachada principal se proyectó bajo órdenes clásicos, al modo de un templo griego con seis columnas estriadas de orden jónico, que sostienen un tímpano sobre el que se levanta un frontón decorado con diversas figuras y una cartela central tras la que emerge la cabeza de un fauno, como alegoría del teatro. El frontón se decoró con las figuras de la Gloria y la Fortuna sosteniendo en escudo de Huesca, obra del escultor Torres Clavero.