El “discomfort social” está derivando en una ola de tristeza y depresión

“Una mujer vino a la consulta por una cosa del pie. Me agaché y noté que me caía encima una lágrima. Le pregunté qué otra cosa le dolía y empezó a sacar todos los problemas. Esto le pasa a mucha gente”. El presidente del Colegio de Médicos, José María Borrel, relata una vivencia reciente para ilustrar la oleada de “discomfort o malestar social” que está llegando a las consultas médicas de manera no premeditada.

Porque este caso no es una anécdota sino que está sucediendo en “muchas” visitas y no porque el paciente vaya con la intención de contárselo al facultativo. Pero en muchas ocasiones estar cara a cara con el médico de familia supone una especie de derrumbe y salen a la superficie numerosos problemas que ya estaban presentes antes de la covid, pero que la pandemia ha disparado, explica Borrel. “Muchas veces no vienen por estos problemas, sino que salen a lo largo de la conversación”, reitera.

“Se llega a fin de mes con problemas, los jóvenes de 15 a 30 años han sufrido mucho con el confinamiento y tienen problemas espectaculares, los problemas entre madres e hijos han crecido, problemas de pareja...”, enumera el presidente del Colegio sobre problemas “que no son médicos” pero que acaban en las consultas porque “se somatizan” y derivan en estrés, ansiedad, depresión o, especialmente entre adolescentes y jóvenes, también en rechazo social. Y todo esto se da con una Salud Mental raquítica de medios y desbordada ya desde antes de la pandemia, pero ahora mucho más ante un incremento desaforado de casos de estrés, ansiedad o depresiones desde la covid, como han venido advirtiendo desde el primer año de pandemia psicólogos y psiquiatras de la provincia.

Con esta coyuntura, son muchos los médicos de familia que acaban haciendo también psicoterapia en sus consultas. “Nosotros (los médicos) no podemos resolverlos” porque la raíz del problema no es sanitaria, “pero se somatizan y llega la depresión”, explica Borrel, quien precisa que estos casos “siempre” habían existido “pero ahora se han disparado”.

También se refiere al temor al presente y al futuro entre estas personas, un número en aumento: “Muchos preguntan ‘qué va a pasar’. Hay una preocupación, aparte del miedo a la enfermedad y de la dependencia al médico que se ha creado con la pandemia”.

“Muchas veces la solución no es médica, porque preguntan qué va a pasar por temas sociales o políticos, qué va a pasar con la sociedad”, indica Borrel, quien explica que se suele recurrir a fármacos “porque no puedes solucionarlo”. La solución, afirma, pasa por ir “a la raíz del problema, que es social, pero nosotros no podemos. Somos médicos”.

Aun así, los médicos de familia atienden estos casos porque no pueden derivar a todos estos pacientes a Salud Mental, que “está desbordada por completo” y hay que “seleccionar muy bien” qué casos se llevan a Salud Mental, pero les lleva “mucho, mucho tiempo” porque no son pacientes que se puedan tratar “en cinco minutos”.

Borrel apunta que el aumento de casos de salud mental “se estaba larvando” ya antes de la covid. “La depresión venía de un crecimiento progresivo y, de cara al futuro, sabíamos que sería una cuestión prevalente”.