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OJO AVIZOR

Los científicos ponen a Huesca a la vanguardia de la investigación

Más de 180 investigadores oscenses celebran la nueva ley de Ciencia, pero lamentan la oportunidad para haber hecho un cambio “más estructural”

Estudio de campo del grupo de investigación P3A, en el yacimiento neandertal de Roca San Miguel, en el muncipio ribagorzano de Arén.
Estudio de campo del grupo de investigación P3A, en el yacimiento neandertal de Roca San Miguel, en el muncipio ribagorzano de Arén.
Lourdes Montes

El Consejo de Ministros dio la semana pasada el visto bueno a la reforma de la ley de Ciencia, Tecnología e Innovación en España. Una ley promovida por la ministra de Ciencia, Diana Morant, que trata de dar estabilidad, reducir la burocracia y mejorar la transferencia de conocimiento de los investigadores españoles.

A grandes rasgos, la normativa, que modifica la redactada en el año 2011, pretende blindar la inversión pública hasta el 1,25% del PIB para el año 2030. Introduce una nueva modalidad contractual laboral indefinida (dejando atrás los contratos por obra y servicio) y diseña un nuevo itinerario posdoctoral para promocionar y mejorar su salario (contratos de hasta seis años). Su puesta en marcha, prevista en verano, quiere fomentar la incorporación de científicos más jóvenes, doctorandos y predoctorales.

“Una ley, -dijo Morant en una entrevista a El País-, que necesitaba el sistema científico”. Apoyada en los Fondos Europeos, que quiere acabar con la “fuga de cerebros”, refuerza el compromiso contra la discriminación de género y se lanza a la creación de la Agencia Espacial Española. Valorada como “un avance positivo” por sindicatos y sociedades científicas, echaron en falta a su vez un “cambio más profundo”. De igual manera, los investigadores oscenses lamentan que “se haya perdido la oportunidad de hacer un cambio estructural”.

Miembros del laboratorio de biología evolutiva de plantas de la Escuela Politécnica Superior de Huesca.
Miembros del laboratorio de biología evolutiva de plantas de la Escuela Politécnica Superior de Huesca.
Pilar Catalán

Según los datos aportados por la vicerrectora de Política Científica y de Transferencia, Rosa Bolea, en su visita a la capital altoaragonesa a principios de febrero, más de 180 investigadores del Campus de Huesca participan en 71 grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza. Un núcleo importante de ellos -un centenar de especialistas oscenses- se han integrado ya en once de los institutos de investigación de la universidad pública.

Los científicos oscenses lideran actualmente grupos dedicados a ampliar conocimientos sobre la biología de las plantas, técnicas de restauración ecológica de espacios degradados, educación física, movimiento humano, entrenamiento deportivo, relación entre la comunicación y la sociedad de la información; o sobre las interacciones entre el lenguaje, la cultura y la tecnología.

Primeros pobladores

Remontándose hasta los primeros pobladores de la provincia, a quienes Lourdes Montes, arqueóloga, prehistoriadora y miembro del grupo de investigación P3A (Primeros pobladores y patrimonio arqueológico del Valle del Ebro) ha dedicado su estudio desde los años 80.

Apoyados en la investigación de campo, prospección y localización de yacimientos, el grupo ha recorrido la Cueva de Chaves, la Roca de San Miguel en Arén, las sierras pirenaicas y la Cordillera Ibérica siguiendo dos líneas de observación: el paleolítico medio y la cultura de los neandertales, y los últimos cazadores-recolectores.

Con ello, el conocimiento extraído de hace más de 150.000 años pasa a publicaciones científicas y colaboraciones con el Museo de Huesca. “Apenas se conocía la historia antigua de la provincia”, recuerda Montes, que mantiene su arraigo en la Facultad de Ciencias Humanas del Campus. Ahora asegura que estos hallazgos sirven de “escuela” a los estudiantes, para quienes demanda inversión “continua”.

Gramíneas modelo

Pilar Catalán es la responsable del grupo Bioflora, que trabaja en la Escuela Politécnica en botánica y genómica vegetal desde el año 2002. Investigan los campos de la conservación genética de especies amenazadas, la flora pirenaica y el cambio climático y unos seres pequeños y a la vez muy valiosos en la provincia: las gramíneas modelo y las gramíneas forrajeras.

El estudio de las primeras llegó a Estados Unidos y Reino Unido al demostrar que eran tres especies distintas que se tomaron como prototipo de poliploidía.

“Siempre desde Huesca y el IPE de Jaca”, señala Catalán sobre la provincia, de la que presume que tiene “una de las mayores diversidades florísticas del mediterráneo occidental”, gracias a la riqueza de sus ecosistemas, orografía y situación geográfica.