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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Lola Naval: “Mis productos son la unión de la ciencia con la naturaleza”

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Lola Naval ha creado la marca de cosmética natural Naera Cuida.
Lola Naval ha creado la marca de cosmética natural Naera Cuida.
E. F.

Sentir la naturaleza y sumarle ciencia mejorando su eficacia para transformarla en belleza y bienestar es la esencia de Naera Cuida, la marca de cosmética natural que Lola Naval ha creado en la Puebla de Roda, en pleno corazón del Valle del Isábena. En el laboratorio construido junto a su “era” -de donde procede el nombre de la empresa y donde crecen muchas de las plantas que utiliza-, esta joven emprendedora elabora productos que “son la unión de la ciencia con la naturaleza respetando el medio. No solo es tener el romero, es añadir la fórmula vanguardista que, sin perder nunca la ética, permita una alta concentración del activo que lo hace eficaz”.

Cuando decidió crear Naera Cuida, Lola Naval echó mano de su experiencia dándole el giro de su asentamiento en el territorio y en la naturaleza. “Desempolvé todo lo que había aprendido de cosmética, de Farma y de enología y todos los productos llevan un guiño como las hojas de vid roja o el aceite de pepitas de uva, que tienen propiedades antioxidantes y van muy bien para la piel y el pelo. He aplicado todo lo que he podido de mi experiencia”.

Naera Cuida contó, además, con un estudio con la Cámara de Comercio de Huesca que hizo el Plan de Viabilidad y así vi que “la cosa podía ir para adelante, con la ayuda de mi familia”. “Montamos un laboratorio y en agosto de 2023 abrí las puertas. En el laboratorio, hacemos desde la investigación de nuevos productos, hasta la producción, el envasado y la logística; y hay hueco para una pequeña tienda y la gente que pasa por aquí puede ver, tocar y probarse”.

El espacio se completa con un jardín, “la era”, con plantas aromáticas de la zona: romero, manzanilla, caléndula, salvia, etcétera. “Hay mucha gente que no sabe cómo son las plantas, cómo huelen y así les puedes explicar los activos que tiene cada planta. De allí, hacemos los extractos y los introducimos dentro de los productos”.

La marca cuenta en la actualidad con cinco productos: cuatro de la línea facial (limpiador facial, serum hidratante, contorno de ojos y peeling) y, en la línea capilar, un champú sólido. “Todos los productos son naturales y veganos. Quería darle un plus de sostenibilidad al proyecto y el packaging, así que los envases son de vidrio, no hay nada de plástico; las etiquetas de papel mineral, carbonatos que no requieren blanqueantes ni tóxicos; y el cartón viene de bosques protegidos. Nadie me demanda que lo haga, pero soy coherente con el mensaje”, explica.

La tienda física ha sido una sorpresa. “No esperaba tanta gente, pero además lo completo con terceros. Tengo los productos en dos farmacias y estoy en tiendas especializadas de cosmética natural y en centros de belleza. Además, tengo la web con tienda on line”.

Aunque ha tenido ayuda de la tercera de las hermanas, “que ha hecho ADE y vive en Barcelona”, Lola lo hace prácticamente todo. “Yo investigo los productos, los fabrico, gestiono los pedidos, hago las redes, que era lo que más me costaba, y he echado de menos una asignatura de Economía, y ahí mi hermana me ha ayudado a gestionar”.

“No llevo ni un año y estoy muy contenta. En agosto, fue muy bien con las primeras compras, pero los que repiten en enero hace más ilusión. Te gusta saber cómo les va a la gente, resolver las dudas de forma personalizada”, cuenta ilusionada a punto de sacar al mercado nuevos productos. “He enviado a validar a laboratorios externos otros dos productos, a ver si pueden salir en Semana Santa”. Se trata de un aceite facial antioxidante y antienvejecimiento y un aceite capilar. “Son terapias de envejecimiento saludable porque el cuerpo está ligado a las emociones”, asegura, en sintonía con la filosofía que su hermana aplica a los animales.

Todos los productos se fabrican en pequeños lotes “para garantizar propiedades sensoriales y funcionales” y cada lote se valida microbióticamente en un laboratorio externo. Las fechas de caducidad, frente a lo que podría parecer, “son largas para ser el conservante natural. Me llevé una sorpresa con la vida útil tan larga. He conseguido un conservante que viene del maíz y la caña de azúcar y protege muy bien”, apunta, satisfecha con esta innovación constante que, pivotando sobre la ciencia crece con la naturaleza