Alto Gállego

COLABORA: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA Y CAJA RURAL DE ARAGÓN

De la amenaza del cierre al resurgir de la escuela por un proyecto educativo en Senegüé

#CONTRALADESPOBLACIÓN

La escuela de Senegüé el pasado curso, con los tres alumnos que empiezan ahora el instituto
La escuela de Senegüé el pasado curso, con los tres alumnos que empiezan ahora el instituto
S.E.

La escuela de Senegüé ha pasado de estar abocada al cierre a tener matriculados a ocho alumnos de Primaria, de 6 a 12 años, para el curso que está a punto de comenzar gracias a un proyecto educativo.

Desde hace varios meses tanto los representantes de la Alcaldía de Sabiñánigo en los pueblos de Senegüé y Sorripas -porque a esta escuela acuden escolares de los dos núcleos- como desde la asociación vecinal han luchado para que esta escuela permaneciera abierta, y se ha conseguido. Los tres alumnos de 6ª que acabaron el curso pasado ahora continúan sus estudios de Secundaria en el instituto de Sabiñánigo.

Virginia Blanco es la nueva maestra de la escuela de Senegüé. Ella es de Zaragoza, pero vive en esta localidad del municipio de Sabiñánigo desde hace unos años y lleva cuatro dando clases en la escuela de Villanúa. “Es un proyecto muy bonito el que vamos a comenzar. No es la enseñanza tradicional, es otra forma de enseñar que yo diría empieza a ser tradicional porque hay otras formas de enseñar que no es la de estar siempre sentados o con libros. No es una escuela natural, es un híbrido, así me gusta definirla. Es una escuela digital porque hemos conseguido tablets para todos, y Baxter-Bieffe Medital y otra empresa de Senegüé que quiere mantener el anonimato nos han dado una ayuda para comprar una pizarra interactiva”.

Virginia Blanco tiene experiencia en enseñanza a través de la tecnología y aquí la va a desarrollar al máximo. “También vamos a aprender de expertos, por ejemplo, cuando nos toque hablar de los animales vendrá un experto y le podremos hacer todas las preguntas. Cuento con una red de profesionales voluntarios que nos acercarán al terreno algunos de los temas que nos toque estudiar”. Además, dice, “queremos ser una escuela muy abierta porque queremos movernos a Sabiñánigo, a Biescas, lo que nos deje la covid, y seguimos con el contacto que desde hace años esta escuela lleva con las unitarias de Aineto y Caldearenas. Vamos a hacer cosas juntos”.

El aula de Senegüé se ha mantenido tras aumentar la matrícula de dos a ocho

De los ocho alumnos, dos son de Sabiñánigo, tres acudirán desde Villanúa, uno desde Biescas y dos son de Senegüé. “Si las familias de estos niños y niñas vienen a nuestra escuela es porque la han elegido. Igual que en una ciudad hay mucha oferta educativa diferente y hay gente que se mueve para llevar a sus hijos a la escuela que quieren, pues aquí también van hacer lo mismo las familias que han apostado por esta metodología”.

Virginia Blanco agradece “la apuesta fuerte que ha hecho el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón por esta iniciativa. No me puedo quejar para nada. Si este Departamento no llega a confiar, el proyecto no sale adelante”. Ella está contenta y emocionada en esta nueva andadura, aunque apunta, “estaba feliz en el colegio de Villanúa”. Explica que un día del pasado invierno “fuimos a esquiar con el cole y me caí, me tuvieron que operar de la rodilla. Los días de baja estuve dándole vueltas al cierre de la escuela de Senegüé porque con dos no se podía abrir, y se me ocurrió este proyecto. Supimos que los familiares de un niño de Biescas estaban interesados en esta escuela con lo cual ya había 3 alumnos y se podía abrir el centro. Hablé con el Departamento en Huesca, les expliqué el proyecto, estuvimos hablándolo mucho y lo han apoyado, y ya estamos a punto de empezar con ocho alumnos”.

Muy ilusionados

Noelia es la madre de Martín, un niño de 9 años de Sabiñánigo que comenzará la semana que viene 4º de Primaria en la escuela de Senegüé. “Nos pusimos en contacto con Virginia Blanco, conocimos el proyecto y nos pareció interesante. La escuela rural me parece que hoy en día es una oportunidad increíble”. Explica esta madre que después de la pandemia “vimos que los chicos necesitan una atención especial en el sentido psicológico, no solo curricular, y Virginia nos va a dar esa oportunidad. Además, no puede desaparecer una escuela del medio rural que está tan cerquita de Sabiñánigo. Creo que nos va a compensar con creces llevar a Martín a esta escuela. Estamos muy ilusionados, el niño al principio no, pero desde que conoció el proyecto está súper contento”.

Asimismo, Noelia argumenta que les parece un proyecto “muy bonito y muy adecuado para los tiempos que corren. Para mí, aparte de la educación curricular, es muy importante para mi hijo la psicológica. Estamos muy ilusionados y confiamos plenamente en Virginia, es una profesional increíble”.

La escuela de Senegüé se construyó en el siglo XIX, en 1883, y desde entonces ha sido el lugar donde han iniciado su educación muchas generaciones de niños y niñas de los pueblos de Senegüé y Sorripas. Estos núcleos están a unos 10 kilómetros de Sabiñánigo, se encuentran uno frente a otro, solo les separa la carretera N-260.

El edificio donde está ubicada la escuela se construyó al mismo tiempo que la casa del maestro, “condición que el Ministerio imponía a los municipios en esa época para dar vivienda al docente”, comenta Toño Pardo, presidente de la Asociación de Vecinos de Senegüé y Sorripas. La casa del maestro es hoy en día parte del espacio dedicado al Centro de Interpretación de los Glaciares.