Ribagorza

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Antonio Burrel y Palmira Borruel: "Marchamos porque la tierra no daba para vivir"

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Antonio Burrel y Palmira Borruel
Antonio Burrel y Palmira Borruel
Elena Fortuño

Antonio Burrel y Palmira Borruel nacieron en Aguinaliu hace casi un siglo y han sufrido el éxodo rural de los años sesenta, sangrante en Ribagorza. “No sé si llegaré pero si me mantengo de esta forma creo que cumpliré 100 años. Tengo mucha vitalidad. Vengo de paseo y aún tengo fuerza y alma”, explica Burrel, ilusionado con su vida y con la que parece recuperarse en Aguinaliu, de donde emigró como la mayoría de los vecinos. “Nos marchamos en 1967 a Cataluña. Allí estuvimos 8 años, pero el clima no me iba bien, por el mar, o porque trabajaba en una gasolinera. El caso que nos tuvimos que volver”, pero no a Aguinaliu, a Huesca, donde siguen, salvo de primavera a otoño y los fines de semana, que regresan a Aguinaliu.

“Me fui a los 44 años, ya estaba casado con Palmira. El fogueo de la gente que se fue del 65 a 70 fue enorme. Había 12 o 14 familias que marchamos porque la agricultura no daba para vivir. En el pueblo, se quedaron solo 3 o 4 familias que trabajaban nuestras tierras”, explica Antonio, contento de volver a su casa, arreglada en los últimos años en un pueblo que resurge. “Han animado mucho el pueblo”, asegura su mujer, Palmira, ansiosa de que la entreviste Izabella, para que su testimonio se incluya en esta historia inmaterial de Aguinaliu, donde faltan muchas páginas por escribir.