Cultura

CINE

Terry Gilliam: "Aragón es una tierra de leyendas"

El miembro de los Monty Python recibe este miércoles el premio Luis Buñuel en el 50 Festival de Cine de Huesca

El director Terry Gilliam posa con su retrato en los Porches de Galicia.
El director Terry Gilliam posa con su retrato en los Porches de Galicia.
Javier Navarro

Hilarante. Sucinto. Provocativo. Terry Gilliam ha aterrizado en el Festival de Cine de Huesca como si fuera uno de los personajes de las películas de los Monty Python. Este miércoles a las 22:00 horas, el director norteamericano será galardonado con el premio Luis Buñuel tras una trayectoria cinematográfica de más de 50 años y nominaciones en los Óscar, Globos de Oro o Cannes, algo que considera “agradable” porque la gente sigue “valorando y descubriendo tu trabajo”, además de “una bonita excusa para venir a Aragón”, ha indicado entre risas.

Su último trabajo, “El hombre que mató a Don Quijote”, que será proyectado esta noche en el teatro Olimpia, le trajo en 2017 al Monasterio de Piedra, en la provincia de Zaragoza, para grabar algunas de las escenas de la película. No es su única conexión con la tierra aragonesa, ya que parte de los exteriores de “El barón de Munchausen” (1989) fueron tomados en el pueblo abandonado de Belchite.

En este lugar vivió una experiencia “inolvidable”, donde el dolor “lo inundaba todo” y lo ha rescatado como un “símbolo” del esperpento de la Guerra Civil española. “Aragón es una tierra de leyendas, de caballeros y damas, romántico y extraordinario”, ha señalado el director norteamericano, que a lo largo de estos días ha podido visitar algunos de los lugares más icónicos de la Comarca de Hoya como el castillo de Loarre y los Mallos de Riglos, cuyos escenarios podrían ser parte de su próxima película, aunque de momento, “no tiene nada en mente”.

Ataviado con un poncho, Gilliam ha posado en los Porches de Galicia ante a los fotógrafos con el retrato que organización del Festival le ha otorgado como obsequio. La mayoría de cuestiones han ido dirigidas hacia su interpretación del Quijote, un personaje engorroso en su adaptación al cine, que Orson Welles, Arthur Hiller y Grigory Kozintsevm ya intentaron con anterioridad.

Terry Gilliam junto a los organizadores del Festival de Cine de Huesca.
Terry Gilliam junto a los organizadores del Festival de Cine de Huesca.
Javier Navarro

“El Quijote es un símbolo de la creatividad universal. La profundidad del libro es realmente increíble y hubo momentos en los que me replanteé cómo podría hacer esta película, pero nunca me rendí, como el personaje caes y vuelves a levantarte. Además, para sacarla adelante uno tiene que estar tan loco como el protagonista”, ha señalado el director, que en el proceso de documentación para el film encontró una traducción al inglés de 1608, tan solo tres años más tarde de su publicación, lo que respalda “el éxito que tuvo la obra”, ha incidido.

Cine español

En otro orden de cosas, su personalidad y la de Diego Luna, a quien a la figura del norteamericano le inspiró para ponerse detrás de las cámaras gracias a la película Tideland (2005), permiten al festival en su 50 edición “romper fronteras”, y poner al cine español en "el lugar en el que se merece”, ha subrayado Gilliam.

“Sin duda alguna, Buñuel es uno de los directores más importantes de la historia del cine y “Él” una de las películas que más me ha influido en mi carrera, pero no podría destacar una sola, ni del cine europeo ni del americano”, ha valorado el norteamericano sobre el director aragonés, del que ha resaltado su intención provocativa y su sentido del humor.

Junto a sus compañeros de Monty Python elevaron la comicidad hasta lo más alto y recuerda aquellos años como “maravillosos”, ya que “nunca se lo había pasado tan bien”. “Fuimos seis tipos con mucha suerte”, ha apostillado.

Esa libertad creativa asegura que podría traducirse a la actualidad y “La vida de Brian” podría volver a rodarse, “si contamos con el dinero suficiente”, se ha jactado el director. “El público es inteligente, pero el problema es que la gente cada vez es más pequeña y se ofende con mayor asiduidad. Dedican su vida a estar ofendidos sin saber que aquello que hicimos tendría mucho éxito hoy en día”, ha afirmado Gilliam.

Por el momento, la parte más animada de los Monty Python se muestra centrado en Don Quijote, feliz de poder estar en Huesca y sentir reconocido su trabajo, ha concluido.