Cultura

CRÍTICA MUSICAL

Una navidad con mucho swing

La Huesca Big Band despidió el año en el Teatro Olimpia

La Huesca Big Band renovó su repertorio para esta cita.
La Huesca Big Band renovó su repertorio para esta cita.
Javier Navarro

La hazaña se volvió a repetir. Al igual que el año pasado, la Huesca Big Band volvió a llenar el Teatro Olimpia y demostró el poder de convocatoria que sigue teniendo en la capital oscense la música de la era clásica de las big bands. Creada en el año 2013 en el seno del ArtLab Huesca, la HBB presentó el año pasado su disco X años, con el que celebraba su décimo aniversario. Y este año, haciendo referencia a la fecha en que tenía lugar su actuación (sábado 23 de diciembre), el show llevaba como apropiado título Y mañana… ¡Nochebuena!. Entre sus fines tenía el de despedir por todo lo alto a su superlativa cantante Noelia Rodríguez, que va a ser pronto madre y, por tanto, se retirará durante un tiempo de los escenarios.

Se agradece, por otro lado, que en esta ocasión la Huesca Big Band decidiera renovar de arriba abajo su repertorio. Y, de hecho, salvo un tema (el góspel Oh, happy day), todo el programa de este sábado fue completamente distinto al del año pasado. Un tanto a su favor. Como siempre, bajo la dirección de Gerardo López Pontaque, la HBB hizo gala de un gran eclecticismo, que se vio plasmado en una gran variedad de estilos. La velada arrancó a los sones de la sintonía de la serie televisiva Family guy (Padre de familia), compuesta por Walter Murphy y revisada aquí con el sonido clásico de las big bands. La primera sorpresa de la noche llegó con una interpretación muy peculiar del tema Iron man del grupo de heavy metal Black Sabbath, que recogió muy bien la tensión del tema original y que contó con un sugerente solo de fiscorno del propio Gerardo.

La primera aparición de Noelia Rodríguez, cuyo paso por el programa televisivo La Voz ha sido todo un éxito, se produjo con What is this thing called love del gran Cole Porter. Tema que han cantado Ella Fitzgerald o Billie Holiday y que Noelia, ataviada con el clásico brilli-brilli navideño, interpretó pletórica de feeling. Tomó el relevo Antonio Pertusa, que, en su papel de crooner, se marcó un Mack the Knife con el que intentó emular a los magníficos cantantes que han abordado este tema de la Ópera de tres peniques de Bertold Brecht & Kurt Weill, cuyo trasunto latino no es otro que el Pedro Navaja de Rubén Blades. Después, Lorenzo Borrel se lució con el trombón en el acendrado romanticismo de The way we were, tema de Barbra Streisand, que fue también la protagonista junto con Robert Redford de la película homónima (Tal como éramos) de Sydney Pollack.

Siguiendo con la variedad de estilos, Lola Martínez –que es trombonista de la HBB- se encargó de cantar con su voz prístina el standard de 1931 All of me, que han hecho suyo en distintas épocas de Louis Armstrong a Frank Sinatra pasando por Billie Holiday. Por otro lado, Donut King, con su aire de latin jazz en la onda de Machito, fue la excusa para que Miguel Calle se luciera con un solo de batería y para que Gerardo López introdujera su vibrante trompeteo. Volvió al escenario Antonio Pertusa para poner voz a todo un clásico de Duke Ellington, I’m beginning to see the light, tras el cual se produjo otra sorpresa con la interpretación de Komodo dragons attack Wall Street del trombonista francés Daniel Zimmermann, un tema de pulsión funk cuyo peso principal recae en la sección de trombones y que contó con un solo de saxo con insólito efecto wah-wah a cargo del gran Fernando Lleyda, que quedó sustentado únicamente por la poderosa y repetitiva base rítmica.

Otro de los momentos álgidos de la noche fue la interpretación de Spain, un tema de Chick Corea con aires de pasodoble, cuyo conocido comienzo con las notas del adagio del Concierto de Aranjuez del maestro Joaquín Rodrigo fue abordado con su fiscorno por un Gerardo López en plenitud de facultades y con una sonoridad profunda y conmovedora. Después, Noelia Rodríguez emuló a Judy Garland en la película Cita en Saint Louis con una bonita interpretación, sedosa y sutil, de Have yourself a merry little christmas, tema con el que comenzaba la parte navideña de la velada. Fue en ese momento cuando Gerardo obsequió a Noelia con un babi con el logotipo de la Huesca Big Band para la hija que espera. Un momento de celebración al que siguió la entrada en el escenario de los miembros del Coro de la Escuela Mumo, que dirigen la propia Noelia y un emocionado Rubén Correia. El coro, sin acompañamiento instrumental, interpretó un medley de temas de Coldplay (The scientist, Fix you), después con el respaldo de la banda y con el apoyo de Noelia y Antonio Pertusa, un delicado Noche de paz (Silent night) a ritmo de swing, y, por último, el único tema que repitieron con respecto al año pasado, el popular góspel Oh happy day de Edwin Hawkins Singers, que contó con las voces llenas de feeling de Rubén Correia y Noelia y que puso a todo el público a dar palmas.

Ya en la recta final, llegó otra de las sorpresas de la noche, la estimulante fusión de big band y rap en el tema Me desespera, que interpretó Merio, MC del grupo Fongo. El punto final, para lucimiento de la sección de saxofones, lo puso una versión vibrante y funky de The chicken del bajista Jaco Pastorius. Pero como no podía quedar ahí la cosa, aún hubo tiempo para una propina, que llegó con los añejos aires del sonido Nueva Orleans: Second line (Joe Avery blues) de Preservation Hall Jazz Band y el archiconocido When the saints go marching in, con su alegre sabor callejero, que sirvió de perfecta entrada en el tiempo navideño.