Hoy hace justo un año, Sanidad notificó la primera muerte por coronavirus en el Alto Aragón.Desde entonces y hasta el pasado 17 de marzo, la pandemia de coronavirus ha sido un tercio más letal en la provincia que en la media española comparando los fallecidos por millón, indicador usado para cotejar territorios. En la provincia de Huesca, segúnRenave (Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, dependiente del Ministerio), este primer año de pandemia ha dejado 2.048 óbitos por millón de habitantes, mientras que la media española ha sido de 1.534 cada millón, un 33 % inferior a la del Alto Aragón.

Pese a esta notable diferencia con el promedio, la oscense no es de las provincias más afectadas por la covid. Soria triplica la tasa nacional, con 4.545 decesos cada millón de habitantes. Otras tres, dos castellanoleonesas y otra manchega, duplican la media: Segovia,Ciudad Real y Palencia.

Teruel es la quinta provincia de España donde la covid ha causado más muertes respecto a su población. La tasa por millón llega aquí a los 3.026 fallecidos, casi el doble que la media estatal.

La tercera provincia aragonesa, Zaragoza, también supera, y por mucho, el promedio español, ya que en ella ha habido 2.535 fallecimientos por millón.

Veintisiete provincias están por encima de la media y casi todas se ubican bien en el centro y norte de España, bien en la España vaciada -si no en ambas a la vez-, esto es, territorios más envejecidos que la media.

Pero también hay provincias que, pese a tener menos mayores de 70 años que el promedio nacional, están en la parte superior de la tabla, como Toledo, Guadalajara, Madrid, Gerona, Granada y Barcelona. En el extremo contrario, cabe destacar a las cuatro provincias gallegas, de las más envejecidas del país, pero por debajo de la media de fallecidos.

Envejecimiento, residencias y concentración poblacional

La edad aparece, así, como ya se viene indicando desde los primeros días de pandemia, como el factor más relevante a la hora de la gravedad y letalidad de la covid, junto a las patologías previas.

Pero Nacho de Blas, epidemiólogo veterinario y profesor titular de la Universidad de Zaragoza, aun señalando la edad como principal causa de las muertes, también apunta hacia otros factores más demográficos, como el porcentaje de personas en residencias -muy ligado con el anterior- o la concentración de habitantes en núcleos de población. “Cuanta más concentración de población haya, más problemático es controlar un brote”, afirma, lo que vale tanto para residencias como para ciudades densamente pobladas.

En Aragón, con sus tres provincias por encima de la media de fallecidos, De Blas afirma que se reúnen tres condiciones demográficas para que la letalidad sea alta: el envejecimiento -la principal causa-, el porcentaje de mayores en residencias y la concentración en pocos núcleos de la población. Sobre esto último, añade que también los servicios se congregan en pocos puntos, lo que retroalimenta la concentración de habitantes, ya que año tras año personas de lugares más pequeños se van a otros más grandes para estar cerca de centros de salud o el empleo, por ejemplo.

Huesca, la provincia aragonesa con datos más bajos de letalidad, se escapa un poco de la dinámica comunitaria “quizá porque sea la provincia más dispersa de Aragón”, con “unas cuantas poblaciones de tamaño medio y una distribución más estratégica de la población y los recursos sanitarios”.

En el otro extremo, Teruel: “Sales de la capital, Alcañiz yCalamocha y no hay nada. Seguramente en Teruel hay más muertes que enHuesca tanto por la edad como por el peor acceso a servicios y la concentración”. De hecho, la turolense es la provincia aragonesa donde la covid ha atacado de manera más cruda.

Volviendo a explicaciones generales sobre las diferentes tasas de mortalidad en las provincias del país, De Blas asegura que las residencias, como ya se vio en la primera ola de coronavirus, son un lugar propicio para la covid por sus propias características. “Por la concentración (de personas mayores), la propagación es muy rápida” y, por razones obvias, “hay muchas personas ya con patologías y la convivencia es muy estrecha”. Ambas causas se suman para que la letalidad se incremente sobremanera.

Apoyando sus afirmaciones, Soria es tanto la que más muertes por millón ha tenido como la que más plazas residenciales tiene cada 100 personas de más de 65 años (un 11 por ciento), según el informe delCSIC de 2020 “Enjevecimiento en Red” sobre residencias que cita De Blas.

Asimismo y como regla general, las provincias con más muertos por millón también se encuentran entre las que tienen un mayor porcentaje de personas en residencias.

Y al igual que estos centros por su “convivencia estrecha” favorecen la propagación del virus, también lo hacen las grandes concentraciones de personas, las ciudades. No son únicamente las metrópolis tipo Madrid o Barcelona -aunque ambas están por encima de la media de muertes pese a haber menos mayores que el promedio-, sino también los núcleos urbanos a partir de tamaño medio, donde la concentración hace que “haya más transmisión” que en provincias con la población más dispersada en localidades más pequeñas.

La concentración de la población en pocas localidades se nota en, por ejemplo, Valladolid, Cantabria, Soria, Burgos o León. Y este factor se suma al envejecimiento que ya tienen estos lugares, añade De Blas, quien afirma que “hay una influencia demográfica” en la mortalidad.

“No es la covid, somo nosotros, cómo estamos repartidos. Eso influye en cómo afecta. Es el caso de la megacefalia de Zaragoza, que obliga a la gente a ir allí para muchas cosas. Es un castigo a los ya más castigados, a los que están más envejecidos y tienen menos servicios”, resume.

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