Huesca

ATRACCIONES DE FERIA

Los feriantes reclaman un espacio en los actos culturales

Excepto en Aragón, han podido instalar parques perimetrados y con medidas

Imagen de las instalaciones de ferias en Andorra.
Imagen de las instalaciones de ferias en Andorra.
S.E.

Mientras la mayoría de comercios consiguen adaptarse a la nueva normalidad, el colectivo de los feriantes no puede hacer otra cosa que estar de brazos cruzados. Tras el anuncio del BOA en el que se advirtió la suspensión de fiestas mayores en toda la comunidad, los ayuntamientos abandonaron la idea de instalar atracciones de feria, algo “desesperante” después de dos años parados, aseguran. Algunos feriantes se han podido reactivar en otros sectores, pero reclaman ya un espacio dentro de los actos culturales donde acondicionar un recinto para un parque de atracciones móvil con horarios regulados, distancia de seguridad y medidas sanitarias.

La Asociación de Feriantes de Huesca no pudo salir a las calles de la ciudad por segundo año consecutivo ya que recibieron un no rotundo por parte del Ayuntamiento ante la posibilidad de instalar esta serie de recintos. “Pudimos hacerlo en Tudela, Logroño, Lérida y Pamplona. El 10 de agosto, día de San Lorenzo, patrón de mi pueblo, estaba metiendo mis atracciones en la nave”, lamenta Iván Sada, presidente de la asociación, que viene de Andorra la Vieja donde han podido desarrollar la actividad con normalidad.

“¿Y los almuerzos de San Lorenzo, los conciertos, las aglomeraciones?”, prosigue Sada, dando cuenta de las tradiciones que sí se han llevado a cabo. Reclaman no ser vinculados con las fiestas mayores sino como cultura para conseguir desarrollar su trabajo, siempre adaptados a un horario regulado y con seguridad para cumplir con las restricciones sanitarias. La dotación de la segunda ayuda que les concedió la DGA todavía no ha sido tramitada y muchos han conseguido derivarse a otros sectores como la hostelería o el transporte. A pesar de ello deben seguir pagando los seguros y alquileres de las atracciones mientras están en el dique seco. “El verano es nuestra principal fuente de ingresos y es el momento de decidir qué podemos hacer”, plantea Sada.

Su horizonte más próximo mira hacia las fiestas patronales de Binéfar, Monzón y Barbastro para las primeras semanas de septiembre. Están en conversaciones con los ayuntamientos para poder instalar un parque móvil con control de aforo. “Si no funciona, esperamos poder salvar las fiestas del Pilar porque tenemos entendido que se va a hacer”, afirma el representante.

Su compañero Cristóbal lleva el puesto de churros de la feria y ha podido adaptarse a los espacios que destinaban los municipios para los actos culturales, pero no es suficiente porque “haces un 10 %”, apunta. También han podido hacer comida para llevar, pero les llega para “seguir pagando la cuota de autónomo y hacer el gasto del día a día”, se sincera. “Aunque no sea fiesta, esperamos poner ferias para septiembre en Monzón o Binéfar, sin aglomeraciones y con aforo limitado. Lo que se pueda, 100 o 150 personas, siempre con talento”, remarca Cristóbal, que subraya que el pago de los seguros puede acabar con muchos feriantes.