Huesca

DESPOBLACIÓN

El vaciado demográfico se agravará en los próximos años según el INE

Las proyecciones para el año 2035 dejan a Huesca con 8.444 habitantes menos que en 2021

Habitantes de la capital oscense disfrutan de una mañana soleada en las terrazas del Coso Bajo de Huesca.
Habitantes de la capital oscense disfrutan de una mañana soleada en las terrazas del Coso Bajo de Huesca.
Pablo Segura

 Treinta y tres de las 52 provincias españolas perderán población de aquí a 2035, según las proyecciones demográficas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística, y Huesca se cuenta entre ellas, como la inmensa mayoría de los territorios del interior del país.

De acuerdo a estas predicciones del INE, el vaciamiento del interior de España, iniciado hace décadas, se agravará con el paso de los años y las desigualdades demográficas entre estos territorios y, a grandes rasgos, el litoral y Madrid se irán haciendo cada vez mayores.

El INE prevé un crecimiento demográfico del 1,9 por ciento entre 2021 -último año con datos definitivos de población- y el 2035, pero la variación poblacional será muy desigual, como es costumbre desde hace décadas. Las pocas o nulas posibilidades de empleo, la apuesta por polos de desarrollo o por sectores concretos -el turismo en la costa-.

Esas proyecciones del Instituto Nacional de Estadística para Huesca dan una pérdida de 8.444 habitantes entre 2021 y 2035, un 3,8 por ciento menos. Aragón en conjunto también perderá población (-7.368 personas; un 0,6 por ciento menos) pese a la pujanza de la provincia de Zaragoza, cuyos residentes se incrementarán en 11.846 (+1,2 por ciento), pero no servirán para compensar los retrocesos de Huesca y, sobre todo,Teruel (10.770 habitantes menos; -8 por ciento).

Ocho comunidades -todas ellas del interior y/o del norte- verán menguar su población de aquí a 2035 y Aragón es de ellas donde menos bajará el número de habitantes. De cumplirse las proyecciones del INE, el descalabro demografico será especialmente acusado en Asturias yCastilla yLeón (ambas, un -9,3 por ciento). Extremadura (-8,1 %), Galicia (-6,4) y Cantabria (-5,) serán las siguientes más damnificadas de una lista que se completa con Castilla-LaMancha, País Vasco y Rioja.

Por provincias, siete verán cómo su población desciende más de un 10 por ciento en los próximos años. Son, en orden de mayor o menor pérdida demográfica, Zamora (-16 %), León, Palencia, Ávila, Cáceres, Orense y Ciudad Real.

A grandes rasgos, los territorios que pierden población llevan haciéndolo desde hace décadas, e incluso siglos. Fue en 1857 cuando se hizo el primer censo moderno en el país y desde esa fecha hasta 2021 -en la que la población española se ha triplicado-, el número de habitantes de nueve provincias ha menguado, entre ellas Huesca (que en 1857 tenía 257.839 residentes) yTeruel (238.628 habitantes entonces, casi el doble que ahora). Las otras provincias con menos personas hoy que hace casi dos siglos son Ávila,Soria, Palencia, Zamora, Lugo, Orense y Cuenca.

Viéndolo desde otro prisma, en 1857 el Alto Aragón superaba en población a 17 provincias. Con datos de 2021, solo 7 provincias tienen menos población. “Esto cada vez va a peor”, resume sobre la despoblación y el desequilibrio territorial Raúl Lardiés, profesor de Geografía en el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, en la Escuela Politécnica Superior de Huesca.

Lardiés se remonta a varios siglos atrás, el XVIII con la industrialización, para situar el inicio de los desequilibrios territoriales “ de manera notable”.

El siguiente hito fue el éxodo rural, que comenzó con fuerza en los años 40 y 50 y se prolongó hasta los 80 del siglo pasado, “vaciando las zonas rurales y de montaña”.

Y a partir de la década de los 60 se sumó el “boom” turístico, muy beneficioso para las zonas litorales, pero “otra causa” para el vacío demográfico del interior, apunta Lardiés.

Tampoco se olvida de los planes de desarrollo de Franco -con ciertas “islas” en el interior, como Zaragoza o Valladolid- para explicar este desequilibrio actual, “fruto en buena medida de políticas anteriores”. “Quien siembra vientos recoge tempestades”, resume sobre la suma de todos estos factores.

Y cuando las Administraciones empezaron a reaccionar frente a este vaciamiento de gran parte del país, ya era “tarde”. “Es muy complicado romper estas inercias y tampoco se está haciendo bien del todo. Las Administraciones hacen cosas, antes nunca, y nunca antes como ahora había tantas iniciativa para paliar la despoblación y (fomentar) la natalidad”, indica el profesor del Área de Análisis Geográfico Regional de la Escuela Politécnica Superior.

Sin embargo, esos esfuerzos se topan, además de con unas inercias propias y muy marcadas que vienen de siglos, con “cierta descoordinación”, entre los distintos niveles de las Administraciones (nacional, autonómica y local). “Prima el que cada uno se salve”, afirma antes de apuntar a la “compartimentación de competencias” en España, una causa de estos problemas de coordinación.

Pese a ello, el geógrafo resalta la Secretaría General contra el Reto Demográfico y su plan de 130 medidas con implicación de varios ministerios, o las actuaciones de las comunidades.

En la que nos atañe, cita la Estrategia de Ordenación del Territorio, del Departamento de Vertebración, “con un fondo de compensación territorial”. “Se está haciendo un ranquin, el ISDT (Índice Sintético de DesarrolloTerritorial), calculándolo para todos los municipios y la inversión estará muy enfocada” para los municipios con “peores” resultados.

Y a esto le suma “todos los grupos de acción local, los fondos Leader, las iniciativas de la DPH o las ayudas de los municipios”. “Hay ayudas a toda escala, pero eso también lleva a cierta descoordinación”.

Solo un 14 % de la población en la mitad del país

Aragón, las dos Castillas y Extremadura suman algo más de la mitad de extensión de España, pero en estas tierras apenas vive el 14,3 por ciento de la población, uno de cada siete españoles. En 1857, año en el que se hizo el primer censo moderno de España, en estos cuatro territorios vivía casi uno de cada tres españoles (el 31,6 por ciento), pero con el paso de las décadas ese desequilibrio fue haciéndose cada vez más profundo. De cumplirse las proyecciones demográficas del INE, para 2035 el peso poblacional de estas cuatro comunidades -que ocupan más de la mitad de la superficie del país- se habrá reducido al 13,3 por ciento.

Estas cuatro comunidades tienen en estos momentos las menores densidades de población del país y con diferencia. De ellas, Aragón es la que tiene una situación menos mala, con 27,8 habitantes por kilómetro, ligeramente por encima de los 25,4 de Castilla y León y Extremadura, y los 25,8 de Castilla-La Mancha. Para dar con la siguiente comunidad con menor densidad el salto que hay que dar ya es considerable, ya que se trata de La Rioja y la cifra está muy alejada: 63,6 habitantes por kilómetro cuadrado. Más alejada todavía se encuentra la media española, de 93,9 personas por kilómetro cuadrado, casi 4 veces más que la cifra para Aragón, ambas Castillas y Extremadura.

Si se amplia el foco y se suman a Aragón, las dos Castillas y Extremadura otras comunidades afectadas por la despoblación -todas ellas pertenecientes al interior del país o a su parte norte-, el desequilibrio es cada vez mayor. Añadiendo Asturias, Cantabria, Galicia y La Rioja a las cuatro comunidades anteriores, estos territorios representan casi dos tercios de la superficie nacional (el 62,1 por ciento), pero apenas vive en ellos el 22,8 por ciento de los españoles. Y la cosa irá a peor en los próximos, menguando el porcentaje de población al 21,1 por ciento para 2035. Dicho de otra manera, solo uno de cada cinco españoles vivirán en unas comunidades que suponen dos tercios del país, mientras que cuatro de cada cinco habitantes se concentrarán en apenas un tercio de España. En el primer censo moderno, el de 1857, casi la mitad de los españoles vivía en estas comunidades hoy en claro retroceso demográfico.