Clamor del campo

El campo lanza un SOE desde el centro de Madrid. La subida del coste de la energía y el precio de los carburantes por la guerra de Ucrania han sido la gota que ha colmado la paciencia de un campo ahogado por el encarecimiento de la producción que pone en situación límite a agricultores y ganaderos. Pero también se han escuchado las quejas de cazadores, pescadores y regantes. En una manifestación que ha congregada a 100.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y a 400.000, según los convocantes, había representación de muchas organizaciones. Desde Aragón, acudieron 70 autobuses, además de familias en vehículos particulares, según el presidente de UAGA, pero también había miembros de Asaja y UPA, entre otras organizaciones. No es una cuestión de siglas políticas, sino un grito que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no puede dejar de escuchar.

Todavía se antoja algo lejos la adopción de medidas para bajar el coste de la energía, pero después del clamor de ayer, no serán suficiente. Piden una regularización para que los precios sean justos, los necesarios ajustes en la PAC... y medidas, en definitiva, que permitan mantener la actividad agrícola, ganadera y cinegética en el campo español.

¿Quién diría viendo el centro de Madrid ayer que existe una España vaciada? Pero los diez vecinos de un pueblo de Huesca, los 5 del de Soria, los 20 del de Badajoz o los 50 del de Asturias se han unido porque tienen los mismos problemas. Existe una España rural que abastece a la urbana, aunque esta última no esté acostumbrada a mirarla, a intentar entenderla y a escuchar sus problemas. El Gobierno tiene sentarse a hablar con el campo. El grito del campo ya no se acalla más que con soluciones de futuro.