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CRISIS HÍDRICA EN EL ALTO ARAGÓN

“No hay nieve y apenas está entrando agua a los pantanos”

El presidente de la Comunidad de Regantes Collarada, Saúl Gracia, analiza la escasez hídrica

Foto área de la Comunidad de Regantes Collarada
Foto área de la Comunidad de Regantes Collarada
S. E.

Con restricciones y cupos de 3.500 metros cúbicos por segundo por cada hectárea, ha comenzado la campaña de riegos la Comunidad de Regantes Collarada. Este colectivo, que aglutina a más de 400 usuarios en una superficie de 2.700 hectáreas repartidas por los núcleos de Robres, Frula y Senés de Alcubierre, comenzó la campaña de Riegos del Alto Aragón el pasado 4 de marzo.

Según el presidente de este colectivo de regantes, Saúl Gracia, “no recuerdo un año como este de sequía, que pinta muy mal porque aparte del cupo no hay nieve y apenas está entrando agua a los pantanos para que se vayan recuperando durante estos meses”, explica.

Como ejemplo pone de manifiesto que “ahora se está regando el cereal de invierno y los pantanos están bajando sus reservas y no se va a reponer el agua que estamos gastando ya”. Los prorrateos establecidos “suponen una ventaja al conocer el agua que disponemos y que la gente se planifique”. En el caso de la comunidad de regantes Collarada, que se encuentra en proceso de concentración y modernización, se “realiza el riego a pie y son muchas parcelas pequeñas. Además un 20 % de las tierras no se cultivan por no ser productivas”.

Para la cosecha de cereal de invierno “tenemos agua suficiente” pero para otras comunidades ya modernizadas “es un problema muy grande porque con el cupo establecido tienen que dejar la mitad de las tierras sin sembrar para poder regar la otra mitad y con una caída de entre el

30 % y 40 % respecto al año pasado”. Al final, la sequía “es un problema para todos. Los secanos se van a perder ya, debido a que habíamos llegado al mes de marzo con muy buenas expectativas y en un mes y medio vamos a perder todo”.

Destaca que “este año es especialmente duro para el secano porque los costes de abonos, semillas, etc, se han disparado un 50 % más que en 2022”.

Esta situación, explica Saúl Gracia, “tiene impacto en toda la cadena alimentaria porque si no hay cosecha, no hay cereal por lo que se tiene que importar y suben los precios”. Por ello, “hacen falta ayudas para que la agricultura aguante”