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Hugo Bolívar: “Voy a estar aprendiendo y absorbiendo como una esponja”

El contratenor ribagorzano formará parte del elenco que interprete la ópera ‘Tosca’, de Puccini, en el Liceo de Barcelona

Hugo Bolívar.
Hugo Bolívar.
S.E.

El contratenor ribagorzano Hugo Bolívar formará parte del elenco que interprete la ópera ‘Tosca’, de Giacomo Puccini, en el Teatro del Liceo de Barcelona el próximo enero. Aunque no es su primera vez en este emblemático auditorio, donde debutó el pasado año con un concierto, sí será su primera ópera allí y su primer periodo continuado, ya que hay previstas 14 funciones. “Mi camino me llevó a la música de cámara”, confiesa Bolívar, quien sin embargo, participa en un par de óperas al año con las que ha actuado en lugares como el Teatro Real y los mejores escenarios de Francia o Suiza. “Curioso e inquieto”, como se define, cuenta también con una amplia discografía, con alrededor de una veintena de proyectos editados, y ejerce la docencia, “que me recuerda que he de seguir aprendiendo”.

Muy lejos quedan sus primeros estudios en la Escuela de Música de Graus, hasta formarse en la Superior de Música de Cataluña junto a la soprano Marta Almajano, con quien se especializó con matrícula de honor en canto histórico. Afincado en Barcelona, Hugo Bolívar no pierde sus orígenes ribagorzanos, su familia vive en Benasque, donde organiza desde hace varios años el Festival de Música de Benasque (Femube), cultivando su faceta de gestor musical que, probablemente, cristalice con el estudio de un máster a medio plazo.

De cara a los próximos meses, además de comentar con especial cariño su actuación en el festival de Músicas en la Cima, en Eriste, y el próximo agosto junto al tiorbista Ramiro Morales, se refiere con ilusión a su próxima presencia en el Liceo.

“Me ofrecieron esta ópera, hice la audición y me seleccionaron para participar en Tosca en la próxima temporada del Liceo´, en enero de 2023 y con 14 funciones”, relata. Su debut en este reconocido teatro barcelonés fue el pasado año, con el grupo El concerto Italiano, con quienes ofreció un concierto de madrigales de Monteverdi. “Pero esta vez, con la ópera, son 14 noches, muchas funciones. Voy a estar aprendiendo y absorbiendo como una esponja. Tendré como compañeros primeras figuras”, indica emocionado.

“Escuchar Liceo es, junto al Teatro Real o el Auditorio Nacional, hablar de lo mejor. Dentro del mundo de la ópera es una perla, un sitio representativo de la lírica de un país”. Dicho esto, sin embargo, es consciente del reto que supone. “Todos los teatros son secos, difíciles, porque son muy grandes. Tienes que luchar con la técnica para que se escuche bien y eso que mi parte es muy agradecida. Mi rol es un pastorcillo en el tercer acto en una parte donde la orquesta no está muy potente y es una parte muy lucida”, detalla. La misma Tosca, viajará después al Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde no ha actuado todavía, pero espera llegar con todo el rodaje que adquiera en esa temporada en el Liceo. “Es un papel secundario que te permite estar en el teatro de una forma menos expuesta. No es lo mismo tener que cantar todas las arias en un mundo en el que el peso de la tradición es muy potente... Estar ahí en este papel es mejor para una primera vez tan importante como es esta para mí”, asegura.

Pese a que está ilusionado, como con todos los proyectos que emprende, reconoce que “la ópera no es el mundo al que yo me he querido dedicar. Mi camino me llevó a la música de cámara, aunque casi todos los años hago una o dos”, indica.

Estos días está con las últimas pruebas del “máster” para el nuevo CD grabado con su grupo de polifonía Quinta Esencia, Sentir de mis Sentidos, con quienes interpreta polifonía de los siglos XV y XVI. “Este verano, lo tenemos repleto de conciertos con Quinta Esencia”, avanza. En materia discográfica, comenta que, recientemente, ha publicado otro CD, en este caso con Manuel Vilas, y ronda ya la veintena.

En cuanto a los próximos recitales, cantará en breve en el Palau, en dos conciertos, donde ya estuvo también el pasado año, y volverá de gira a Francia y a Suiza, en julio. Con una agenda apretada este verano, alude a “la incertidumbre” de su profesión, que tiene picos de trabajo que contrastan con otros muy tranquilos. “Abril fue un mes impresionante de conciertos. A veces pasa, tuve 14 conciertos que fueron muy bien y para los que tuve al menos 12 programas diferentes. Fue un reto a nivel físico que, afortunadamente, salió bien”, como espera que sea el intenso verano y la próxima y prometedora temporada de una vida con la que se siente satisfecho. “Tengo mucha suerte de poder vivir de mi pasión y eso que no es tan perfecta como parece. Si me hacen una mala crítica y me pilla con las defensas bajas, me afecta, pero he aprendido a relativizar y no dar tanta importancia ni al éxito ni a lo que no sale tan bien”, comenta.

“Mi familia ha hecho un gran esfuerzo porque mi carrera, en lugar de cuatro, son 10 años de formación, en sitios que son caros, más máster clases, cursos de idiomas. Es un camino del que me siento orgulloso, no es el ideal que pensé de más joven, pero estoy contento y agradecido y mis expectativas han sido superadas con creces”, dice sin perder la perspectiva. Algo a lo que también le ayuda la docencia en una escuela de música, donde “doy algunas clases que puedo compatibilizar con los conciertos” y mientras avanza que no descarta retomar los estudios y hacer un máster. “Hace años que terminé, pero me vuelve a apetecer estudiar y, hoy en día, como sin máster no eres nada, tal vez a raíz del proyecto del Festival de Música de Benasque, igual pienso en un máster en gestión cultural, un ámbito que veo que puede tener posibilidades”, concluye Hugo mirando al futuro sin perder ni el tono ni el ritmo.