Huesca

CORONAVIRUS

Huesca tuvo cinco veces menos letalidad y menos restricciones en esta ola con vacunas  

El actual pico es comparable al de otoño en casos, pero difiere en fallecidos y hospitalizados

Sanitario protegido contra la covid-19 entra a un centro hospitalario durante la tercera ola epidémica del pasado otoño de 2020.
Sanitario protegido contra la covid-19 entra a un centro hospitalario durante la tercera ola epidémica del pasado otoño de 2020.
Pablo Segura

Con visos más que palpables de estar remitiendo al acumular la incidencia semanal medio mes a la baja, esta sexta ola de coronavirus en la provincia, aunque explosiva en su número de casos y solo comparable a la peor que ha habido -la de otoño del año pasado-, está dejando por el momento un número muy inferior a hospitalizaciones, ingresos en UCI y, sobre todo, fallecidos en comparación con otros momentos de similar incidencia.

Las vacunas, que no son 100% efectivas, se están mostrando muy positivas no tanto al prevenir contagios, sino a la hora de reducir la gravedad de las infecciones y al prevenir muertes, pero conviene recordar que sigue habiendo tanto hospitalizaciones como fallecimientos y, por tanto, hay que respetar las indicaciones sanitarias.

Un total de 27 altoaragoneses han perdido la vida por la covid desde que estalló esta sexta ola a finales de junio, primero entre los grupos de no vacunados -los más jóvenes- para posteriormente extenderse a todos los grupos de edad e incluso llegar a entrar en residencias, aunque de una manera bastante menos letal que en anteriores picos epidémicos.

En los 44 primeros días de esta ola -del 28 de junio al 10 de agosto-, Salud Pública ha notificado 5.228 casos confirmados en la provincia. En el peor pico epidémico que ha sufrido la provincia -la tercera ola, la de octubre y noviembre del año pasado-, se diagnosticó covid a 6.560 altoaragoneses. En cuanto a incidencia, tampoco hay notables diferencias entre la onda epidémica del otoño -un máximo de 778,7 a 7 días y de 1.407,8 a 14- y el pico actual -615,7 en la semanal y 1.113,2 a los 14 días-.

La letalidad se reduce un 80 por ciento esta ola

La gran diferencia entre una y otra ola está siendo la gravedad y letalidad de la misma. Así, en los 44 días iniciales de la onda epidémica de otoño fallecieron 166 personas en el Alto Aragón, el 2,53 por ciento de las que se habían contagiado esas mismas fechas, mientras que en estos momentos el porcentaje de fallecidos es del 0,52 por ciento, cinco veces menos que entonces o un 80 por ciento menos, aunque a la espera de lo que ocurra en las semanas próximas.

La covid, de media, tarda varias semanas en matar desde que contagia a la persona. Por tanto, es más que previsible que el número de muertos de esta ola aumente. En el pico epidémico de otoño, además de los 166 fallecidos en los primeros 44 días -periodo establecido para comparar con la actual, que comenzó hace exactamente ese número de días-, hubo otras 26 defunciones en las jornadas siguientes.

Dicho de otra manera, si con 1.407,8 de IA a 14 días en otoño hubo 192 fallecidos en la provincia, la incidencia a 14 días máxima de este pico (1.113,2) hubiera equivalido a 151 muertos más por covid, pero oficialmente, y hasta el momento, se han notificado 27.

Las hospitalizaciones se reducen a más de la mitad

La primera ola de coronavirus con ya la mayoría de población vacunada ha dejado entre el 28 de junio y el 10 de agosto 161 hospitalizaciones, de las que 14 corresponden a las unidades de cuidados intensivos de la provincia, según refleja el data covid del Gobierno de Aragón.

Proporcionalmente hablando, estas cifras suponen que el 3,1 por ciento de los contagiados en este rebrote han tenido que ser hospitalizados y un 0,3 por ciento ha tenido que ser ingresado en la UCI.

Comparando de nuevo con la ola de otoño, entonces ingresaron en planta y en cuidados intensivos el doble de infectados que ahora. Para el periodo entre el 12 de octubre y el 25 de noviembre, el data covid cifra en 426 los hospitalizados en la provincia (el 6,5 por ciento de los contagiados) y en 48 las personas que tuvieron que entrar en cuidados intensivos (el 0,7 por ciento de los infectados en esas fechas).

También la presión hospitalaria, pese a tener unas incidencias similares, está siendo bastante más baja ahora que hace diez meses, aunque los hospitales altoaragoneses, en especial el San Jorge de Huesca, están muy tensionados, con sus unidades de cuidados intensivos ampliadas y con una falta de personal -no hay sustitutos para cubrir las vacaciones tras año y medio de pandemia- que condiciona a los profesionales y a la calidad asistencial que dan.

A pesar de todos estos peros sobre la situación actual, también es cierto que el 8 de noviembre se llegó a los 196 hospitalizados en la provincia, de los que 20 estaban en UCI. Conviene precisar sobre la ocupación en cuidados intensivos que en esa ola se tuvo que derivar a alrededor de una veintena de pacientes covid a Zaragoza, ya que aquí se llegó a la capacidad máxima de la UCI. Por tanto, hubo más altoaragoneses ingresados en intensivos que ese 20 que figura en el portal de transparencia de la DGA.

Ahora, el momento de mayor presión hospitalaria hasta la fecha se dio el 2 de agosto, cuando se contaron 90 pacientes covid en la provincia, de los que 9 estaban en UCI. Es menos de la mitad que en noviembre, pero hay que destacar que al igual que el número de casos se disparó en muy pocos días, el empeoramiento de la situación hospitalaria fue igual de rápido, ya que al comienzo de la ola apenas había 4 pacientes covid en el Alto Aragón y únicamente uno de ellos estaba en el área de intensivos.

Menos restricciones ahora que en otoño

Segundo estado de alarma, cierre de bares a las 6 de la tarde el fin de semana, ocio nocturno clausurado, mascarilla obligatoria siempre, las tres provincias de Aragón confinadas perimetralmente, límites en el número de personas que se podían juntar, aforos muy reducidos... Estas son algunas de las restricciones que hubo en la ola de otoño para intentar detener su propagación.

La diferencia con el momento actual es evidente y aunque ahora hay muchas menos restricciones, sigue habiendo. El mejor ejemplo es el toque de queda que hay en cuatro ciudades de la provincia (Jaca, Barbastro, Monzón y, coincidiendo con San Lorenzo, Huesca). También en otoño hubo límites a la movilidad nocturna.

Para esta sexta ola, las autoridades sanitarias han decretado muchas menos restricciones que en el tercer pico pandémico, el de octubre-noviembre. Además del toque de queda vigente en los cuatro municipios señalados, la hostelería tiene ahora una mayor amplitud de horarios (cierran a las 00:30), los aforos en general se han aumentado y se ha relajado el uso de la mascarilla, que ya no es obligatoria si se está en el exterior y no hay nadie cerca.